miércoles, 2 de diciembre de 2009

APUNTES DEL DIA 27-11-2009

LA SOCIEDAD EN LA EDAD MODERNA


Características:


-Sociedad estamental: nobleza, clero y pueblo llano (pecheros).

-Importancia del privilegio y la desigualdad.

-Sociedad corporativa: familia, linajes, asociaciones profesionales, etc. Es una sociedad comunitaria antes que individualista.

-Importancia de las redes sociales.


La mafia es un tipo de organización que nace en la Edad Media; cuando los señores feudales que habían llegado a Sicilia despojaron de sus tierras y derechos a los habitantes del lugar. En este momento, los campesinos que no estaban dispuestos a trabajar como siervos en los enormes latifundios huyeron a las montañas, donde permanecieron hasta el desembarco de los españoles en el siglo XV, tiempo en el que tampoco iban a salir de su escondite para someterse a los nuevos conquistadores. De este modo se podría decir que los sicilianos sólo se tenían a ellos, que no tenían a nadie a su favor y la única manera de mitigar las injusticias provocadas por las nuevas autoridades era la Mafia. Así que ésta surgió como protección ante los invasores, dándole más valor a la familia y teniendo una actitud de mutismo y disciplina frente al Estado. Aunque también se ha dicho, más concretamente en boca de Guido Fortuzzi (prefecto de Caltassinetta, 1875) que:


“El primer origen de la mafia (...) se debe al aborrecimiento que se tiene a las fatigas del trabajo y la consiguiente avidez de procurarse un medio de vida sin él: de donde la Camorra y la Mafia suelen desnudar a sus semejantes para vestirse a sí mismas mediante la intimidación y el fraude siempre que se evite el aborrecido trabajo”


Entonces, los que eran miembros de esta organización podían ser muy diferentes entre sí, se podía encontrar desde un cabrero a un duque pasando por panaderos, molineros o arrieros. Esta heterogeneidad hacía más difícil a las autoridades descubrir las verdaderas redes de esta gran tela de araña.


En estas sociedades la confianza es algo básico. Es una sociedad mucho más que estamental, dando lugar a diversos tipos de redes.


Francisco de los Cobos y Molina, fue Secretario de Estado del emperador Carlos I, comendador de Castilla e innegablemente una de las personalidades más influyentes y poderosas de su época. Nació en Úbeda en 1477 y murió el 10 de mayo de 1547 también en su ciudad natal.


Nacido del linaje de don Pedro Rodríguez de los Cobos e hijo de don Diego de los Cobos, regente de la citada ciudad, y de Catalina de Molina, aunque de familia noble pero con considerables problemas económicos, a lo largo de su vida experimentó un crecimiento personal, político y económico verdaderamente asombroso. Es importante por las redes que consigue urdir.



4.- La Movilidad Social


Sociedad estamental muy conservadora, pero en la práctica resultaba ser relativamente dinámica (permitía el ascenso social).
Hay dos estamentos (básicamente) que permitían la movilidad social:


Ø Importancia del dinero: se compraban los títulos de nobleza. Juan de Figueroa (mercader financiero de Valladolid, luego fue regidor; se encargaba de las funciones del gobierno, son figuras administrativas, sólo toman decisiones de carácter concejil). Sus nietos llegarán a ser los Marqueses de Valverde. (poderoso caballero es “Don Dinero”; ejemplos de pecheros convertidos en nobles).



PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO


Madre, yo al oro me humillo,

Él es mi amante y mi amado,

Pues de puro enamorado

Anda continuo amarillo.

Que pues doblón o sencillo

Hace todo cuanto quiero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.


Nace en las Indias honrado,

Donde el mundo le acompaña;

Viene a morir en España,

Y es en Génova enterrado.

Y pues quien le trae al lado

Es hermoso, aunque sea fiero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.


Son sus padres principales,

Y es de nobles descendiente,

Porque en las venas de Oriente

Todas las sangres son Reales.

Y pues es quien hace iguales

Al rico y al pordiosero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.


¿A quién no le maravilla

Ver en su gloria, sin tasa,

Que es lo más ruin de su casa

Doña Blanca de Castilla?

Mas pues que su fuerza humilla

Al cobarde y al guerrero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.


Es tanta su majestad,

Aunque son sus duelos hartos,

Que aun con estar hecho cuartos

No pierde su calidad.

Pero pues da autoridad

Al gañán y al jornalero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.


Más valen en cualquier tierra

(Mirad si es harto sagaz)

Sus escudos en la paz

Que rodelas en la guerra.

Pues al natural destierra

Y hace propio al forastero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.


Francisco de Quevedo y Villegas



En España en el siglo XVII, hay 25 títulos de nobles, y apenas 70-100 años después, hay alrededor de 200. Durante los siglos XVI y XVII, la gente que se ha enriquecido está comprando títulos.


Ana Bolena, es nieta de mercaderes, y en una generación llega a lo más alto de la sociedad.


En España, el reinado de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos, significó para la Península Ibérica el tránsito del Medievo al mundo moderno. Durante su gobierno se gestó la monarquía autoritaria frente a las apetencias de poder de los sectores nobiliario y eclesiástico. Culminó la unión territorial tras la conquista del reino nazarita de Granada, la definitiva anexión de las Islas Canarias y la incorporación a Castilla de la parte peninsular del reino de Navarra. Se potenció la expansión del castellano, llegaron las influencias humanistas y se abrió la cultura española a Europa.


Los Reyes Católicos establecieron una política exterior común, que marcaría la hegemonía de la monarquía católica durante la Edad Moderna. El descubrimiento del nuevo mundo significó un hito fundamental en la historia. Abrió enormes posibilidades a la economía, a la ciencia y acentuó la expansión atlántica que proseguiría en los siglos siguientes.


Viajar es conocer, y conocer es acaparar capacidad de influencia, poder (punto de vista humilde).


Ø Importancia de la movilidad física: viajes a América, viajes por Europa. En esta época se están ampliando los horizontes y la gente empieza a descubrir nuevas cosas, idiomas, culturas. Un elemento transcendental en la movilidad de la gente es el ansia de conocimiento. Viajar constituye un elemento importantísimo.



TEMA 5. EL ESTADO MODERNO.


INDICE:

Ø Definición de Estado Moderno.
Ø Orígenes y modelos de Estado durante la Edad Moderna.
Ø El debate sobre el Estado Moderno.
Ø Campos de estudio.


-Definición de Estado Moderno:


ü Formación política que nace en la época que nosotros estudiamos.
ü Serie de instituciones.
ü Organización administrativa.
ü Definición weberiana de Estado: sistema político caracterizado por: Max Weber, que fue el primer exponente.


Max Weber (Érfurt, 21 de abril de 1864 – Múnich, 14 de junio de 1920) fue un sociólogo, filósofo, economista, jurista, historiador, y politólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno, antipositivista, de la sociología y la administración pública. Sus obras más importantes se relacionan con la sociología de la religión y el gobierno, pero también escribió mucho en el campo de la economía. Su obra más reconocida es el ensayo “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, que fue el inicio de un trabajo sobre la sociología de la religión.


Weber argumentó que la religión fue uno de los aspectos más importantes que influyeron en el desarrollo de las culturas occidental y oriental. En otra de sus obras famosas, “La ciencia como oficio, la política como oficio”, Weber definió el Estado como una entidad que posee un monopolio en el uso legítimo de la fuerza, una definición que fue fundamental en el estudio de la ciencia política moderna en Occidente. Su teoría fue ampliamente conocida a posteriori como la Tesis de Weber.


BASES DEL ESTADO MODERNO


En el siglo XV nace el Estado Moderno paralelo al desarrollo de las monarquías autoritarias, en las cuales el poder lo tiene el rey y lo ejerce de forma personal y centralizada, así como se gobernaba sin considerar en absoluto derechos o instituciones, si las había (como lo fueron los fueros o las Cortes que acabaron por anularse o desaparecer). Como ya sabemos, las monarquías autoritarias se desarrollan durante el siglo XV y parte del XVI y tendrá su final al terminar el siglo XVI y parte del XVII. Entendemos por Estado Moderno un nuevo marco territorial y político que ahora se denomina Estado, que reúne los territorios de los antiguos reinos y de los señores feudales (señoríos). Sus instituciones se ponen al servicio de la protección de sus súbditos bajo la única autoridad del rey: a grandes rasgos, es la formación de las monarquías territoriales nacionales y autoritarias.


En el Renacimiento se produce el aumento de la autoridad de los reyes en algunos países de Europa Occidental como, por ejemplo, en España con los Reyes Católicos, en Francia con Luis XI, y en Inglaterra con Enrique VII (que inaugura la dinastía Tudor). También tiene lugar el nacimiento de un nuevo concepto de soberanía: soberanía única y reconocida – “plenitud o potestadis” – definida como un poder político territorial independiente de toda potestad externa y superior a cualesquier poderes internos, en definitiva, eliminación de la pluralidad de poderes.


Por el contrario en otros países como Italia, no se alcanzó la unificación hasta 1870 ya que continuó dividida en múltiples repúblicas mercantiles. Estas ciudades italianas gozaron de autonomía y destacaron por su actividad comercial, cultural y artística. En el caso del Sacro Imperio Romano-Germánico tampoco se consiguió la unificación hasta 1871 porque prevalecieron los intereses de una familia rica y poderosa: la de los Habsburgo. La unificación de estas regiones llegará con la implantación de sistemas liberales formando Estados-nación y se acompañó de la emergencia de movimientos nacionales que, con ideologías diversas, pretendían hacer coincidir las fronteras políticas con las naciones. En buena parte de Europa Occidental, la formación de los Estados unitarios (siglos XVII y XVIII) precedió a la de los Estados-nación (siglo XIX).


En los países donde triunfa el Estado Moderno es donde los reyes se imponen a los municipios y a la nobleza (que ahora se convierte mayoritariamente en cortesana), originando un poder y una autoridad fuerte y centralizada, por lo que se denominan monarquías autoritarias.


Los monarcas autoritarios intentaron unificar y controlar la vida del Estado utilizando para ello los instrumentos siguientes: Instituciones permanentes e impersonales a nivel central y territorial, tanto a nivel político como judicial (fortalecen el sentido de identidad política del grupo, centralización; formación y permanencia de un ejército permanente al servicio de la autoridad y del poder del monarca; Aparición de la burocracia junto con la posibilidad de ascender socialmente mediante ésta, también implica un elemento esencial para el Estado la separación de lo público y lo privado. En definitiva, la burocracia estaba formada por funcionarios que mueven el aparato administrativo del Estado y a su vez se convertirá en uno de los elementos determinantes de la movilidad social; una hacienda que recauda impuestos principalmente a los pecheros (población obligada al pago de impuestos directos); existencia permanente de las relaciones entre los Estados a través de la diplomacia, como expresión del poder monárquico, junto a un mayor monopolio de la fuerza; el centro del poder se situará en torno al rey en la Corte Real.


Con el matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón (1469), a los que el Papa dio el título de católicos, se ponen en España los cimientos del Estado Moderno, basado en la autoridad de los monarcas. Con los Reyes Católicos no se produjo una unidad nacional, sino sólo la dinástica en la Monarquía Católica, que debería evolucionar hacia una posterior unidad política. A grandes rasgos, esto significó que cada reino conservara sus propias instituciones, lenguas, costumbres, etc., y el mantenimiento de las aduanas interiores.


En la sociedad española del siglo XVII, el número de privilegiados aumentó en esa sociedad de crisis. Fue habitual la adquisición de la condición nobiliar por las personas adineradas a través de expedientes en buena medida falsificados. Con ello pretendían escapar al pago de los servicios y de otros tributos. El clero también creció, en parte por el aumento de vocaciones tras la Contrarreforma y porque el fuero eclesiástico eximía de levas e impuestos.


En Castilla existieron, como en los otros reinos europeos, burgueses acaudalados y dinámicos, dedicados al comercio. Pero no existió la mentalidad ahorradora y austera que caracterizó a la burguesía anglosajona. Por el contrario, con su dinero hicieron de la ostentación y el lujo una forma de vida, compraron cargos y dignidades y, sobre todo, estatutos de nobleza, aunque esto supiese el abandono de su actividad económica.


La población agraria disminuyó, sobre todo en Castilla. Muchos campesinos, cuyas tierras habían pasado a la aristocracia o se habían arruinado por las malas cosechas, abandonaron el campo y se refugiaron en las ciudades donde nutrieron los crecientes grupos de pícaros y mendigos.


A pesar de que la nobleza conservó intacta su influencia e impregnó a toda la sociedad con sus valores, a finales de siglo se observó un cambio en la mentalidad social hacia los trabajos mecánicos y manuales. En la corona de Aragón se permitió en las fábricas de tejidos la propiedad de la nobleza, con la condición de no trabajar personalmente en las tareas, y algunas pragmáticas reales pretendieron la dignificación de tales oficios.


En el Estado Moderno la estructura piramidal y jerarquizada de la sociedad estamental tenía su cúspide en el monarca absoluto. Él estaba por encima de todos los habitantes de su reino y todos eran sus súbditos, a él sometidos y por él gobernados. Así, el eje central del sistema político del Antiguo Régimen era la Monarquía Absoluta De Derecho Divino, según la cual la autoridad del monarca provenía de Dios, en nombre de quien ejercía el poder.


Como reflejo del poder divino el monarca poseía un poder absoluto: nombraba a los magistrados; administraba justicia, excepto en las universidades, que tenían sus propios fueros; y dirigía la política exterior, a través de la diplomacia y el ejército. No se sometía a ningún control y no compartía la soberanía con nadie. Todo el Estado residía en él, y la voluntad de sus súbditos estaba englobada en la suya.


A pesar de que, desde un punto de vista formal, todo el poder residía en el monarca, en la práctica estaba auxiliado por unas instituciones que lo asesoraban y ejecutaban sus mandatos. El principal órgano de gobierno era el Consejo de Estado cuyos miembros habían de ser designados por el rey. La complejidad creciente de los asuntos de gobierno, sobre todo en los siglos XVII-XVIII, hizo que se subdividiera en secciones especializadas: Consejos de Finanzas, de Justicia, de Guerra, etc. También había Negociados (secciones especializadas en el tratamiento de asuntos más concretos) y se hizo habitual la designación de Secretarios de Estado.


La Administración local estaba en manos de gobernadores o intendentes, u otros tipos de cargos que tenían atribuciones para aplicar las leyes, mantener el orden, dirigir las obras públicas, la industria, el comercio, o cualquier asunto de gobierno territorial. Estos cargos dependían del monarca y eran revocables a su voluntad.


Por último, una legión de funcionarios y de burócratas se encargaba de ejecutar las órdenes reales, de administrar justicia, de recaudar impuestos, etc. Su trabajo y su presencia en todo el territorio era indispensable para hacer funcionar la compleja maquinaria estatal.


El poder del soberano estaba restringido, no obstante, por la Ley Divina, a la que estaba sometido como cualquier otro; por el Derecho Natural, conjunto de normas formadas por la costumbre y la tradición, y por las Leyes Fundamentales de cada reino, que expresaban un mínimo pacto entre el monarca y sus súbditos, que el monarca debía aceptar en el momento de su coronación. Este último caso comprende las limitaciones que los Parlamentos, las Cortes o los Estados Generales imponían al monarca.


Desde la Baja Edad Media fue frecuente que a la Corte, formada por nobles y clérigos que aconsejaban al rey, se uniesen los representantes de las ciudades (burgueses). Estos tres grupos constituían las Cortes o Parlamentos. Cada estamento deliberaba separadamente y votaba como grupo ante las propuestas del monarca. Sólo tenían ciertas atribuciones en materia fiscal; suplían al monarca en situaciones excepcionales y ratificaban a los nuevos reyes. Pero aun así, los monarcas absolutos intentaron marginar a los Parlamentos que podían obstaculizar el ejercicio del poder absoluto, y sólo recurrían a convocarlos en situaciones extremas, para pedir aumento de impuestos o ayudas económicas.


Para poder llegar a comprender la concepción y conceptualización del poder real durante estos siglos, creemos conveniente hacer llegar estas palabras escritas por un contemporáneo:


“Los reyes han sido llamados dioses porque ellos son, gracias a su poder, la imagen de Dios y unos maestros al obedecer su derecho. También son señores y propietarios de los bienes y de las vidas de los hombres. Soberanos sin tener ninguna persona por encima de ellos, y protectores porque son escudo y muralla (…).
Sin los reyes, la vida humana sería sólo desorden y confusión. El mundo no podría existir sin reyes. Son una segunda alma del universo, un contrafuerte que aguanta el mundo (…).”


DUBOYS, H.: De l’origine et autorité des rois, (1604).
BIBLIOGRAFÍA:

- La movilidad social en la España del Antiguo Régimen. Inés Gómez González, Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz. Editorial Comares. Granada 2007.
- Un siglo de Hierro 1550-1660. Henry Kamen. Alianza Editorial, S.A. Madrid, 1977.
- Atlas Histórico Mundial. Colección Fundamentos 1. De los orígenes a la Revolución Francesa. Hermann Kinder, Werner Hilgermann. Madrid, Ediciones ISTMO.

MARTA FÚSTER FERNÁNDEZ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario