FRAGMENTOS DE LA MONARQUÍA
Definición weberiana de Estado: sistema político caracterizado por:
1) Instituciones permanentes e impersonales a nivel central y territorial, tanto a nivel político como judicial (fortalecen el sentido de identidad política del grupo, centralización, aparición de la burocracia y separación de lo público y lo privado).
2) Definición unívoca de fronteras (algunos hablan de estados como territorios contiguos) en relación con el nacimiento de un vínculo de naturaleza sustituyendo al vasallaje (Maravall).
3) Nacimiento de la diplomacia como expresión del poder monárquico, junto a un mayor monopolio de la fuerza.
4) Nacimiento de un nuevo concepto de soberanía. Soberanía única y reconocida –“plenitudo potestadis”- definida como un poder político territorial independiente de toda potestad externa y superior a cualquier poderes internos, eliminación de la pluralidad de poderes.
Weber realiza sus definiciones de Estado, al analizar términos como poder, dominación y sociedad política, dando dos visiones diferentes de Estado: la clásica, anterior a él y la del Estado moderno, el cual, surge en los principios del siglo XX, nacimiento que trajo consigo toda esas pugnas políticas y parlamentarias, en manos de los que buscaban obtener el poder político.
Estado: “Instituto político de actividad continua, cuando y en la medida, en que su cuadro administrativo mantenga una cierta pretensión al monopolio legitimo de la
coacción física para el mantenimiento del orden vigente”.
Weber define al Estado moderno como: “Orden jurídico y administrativo cuyos
preceptos pueden cambiarse. Por dicho orden, es por el cual se orienta la actividad
(acción de la asociación) del cuadro administrativo, a su vez regulada por preceptos
instituidos y el cual pretende tener validez, no solo frente a los miembros de la
asociación, sino también respecto a toda acción ejecutada en el territorio dominado por este”. (MEDINA DELGADO, RAÚL. El pensamiento clásico sociológico y sus interpretaciones del Estado)
Proceso largo que iría desde la Baja Edad Media hasta finales del Antiguo Régimen (W. Reinhard, Power elites and State Building).
Factores: tras la crisis del siglo XIV, los señores encuentran dificultades para incrementar sus rentas lo cual puso al descubierto la insuficiencia de la organización política feudovasallática para acumular rentas. Así, la recuperación demográfica, la extensión del tráfico mercantil itinerario, la mejora de la producción artesanal, los avances técnicos y culturales del primer Renacimiento, entre otros, fueron razones de peso.
A su vez, la guerra, Revolución Militar (nuevo armamento, fin de las levas medievales, mayor control del rey). Incremento de la presión fiscal (también nuevos tributos), desarrollo de la administración.
El ejemplo de la organización pontificia
Diversas organizaciones políticas:
Autoritario: monarquías como la francesa (Luis XIV) y la hispánica. La fuente última de poder (legislativo y la gracia) reside en el rey. Sin embargo, eran las monarquías compuestas.
A semejanza de la monarquía hispánica, la Francia de Luis XIV fue gobernada, desde la Corte, por un sistema de consejos especializados, puede hablarse de diversas secciones del Consejo real, bajo denominaciones cambiantes a lo largo del reinado. (P. MOLAS , J. BADA, E. ESCARTÍN, F. SÁNCHEZ MARCOS, V. GUAL Y M. A. MARTÍNEZ. Manual de Historia Moderna)
Las Repúblicas Italianas: Venecia, Florencia, Génova, etc.
Pactista: Inglaterra a partir de la segunda mitad del siglo XVII (Parlamentarismo). Provincias unidas (Estados Generales).
En Inglaterra este sistema (parlamentarismo) se consolidó solo después de su segunda revolución: la Revolución gloriosa de 1688-1689 que puso fin a las ambigüedades del precario compromiso de la Restauración de los Estuardo e inició una larga trayectoria de estabilidad social.
Desde enero de 1689 se discutió en el Parlamento-convención la delicada situación constitucional. Los whigs querían que se declarase la inhabilitación de Jacobo II y la elección de un nuevo rey, subrayando así la preeminencia del Parlamento. Los tories, en cambio, abogaban por la proclamación automática, por derecho hereditario, de María, al haber dejado “vacante” el trono de su padre, Jacobo II, quedando Guillermo III como regente. Mediante una fórmula conciliadora, Guillermo y María fueron proclamados rey y reina de Inglaterra, después de aceptar la Declaración de Derechos elaborada por los lores y los comunes como “representación plena y libre de la nación”. Esta declaración era una solemne definición de las libertades que limitaba muy claramente los poderes del monarca y, en particular, le vedaba la percepción de impuestos y el mantenimiento de un ejército en tiempo de paz sin el consentimiento del Parlamento. Algunas semanas más tardes, esta declaración fue completada con una Ley de Tolerancia, aprobada por el Parlamento, que establecía la libertad de culto público para los disidentes (exceptuando a los católicos).
La trayectoria histórica de las Provincias Unidas de los Países Bajos durante la segunda mitad del siglo XVII presenta algunas similitudes, que fueron: la mayoritaria oposición al absolutismo de la clase política de ambos países; el papel relevante de las asambleas parlamentarias (en las Provincias Unidas, eran los Estados Generales o Provinciales); la existencia de una tolerancia religiosa (más limitada en Inglaterra) y el notable peso político del patriciado urbano comercial.
Las Provincias Unidas continuaron siendo una federación de siete repúblicas provinciales. Cada provincia tenía su asamblea “representativa” y su voz en los Estados Generales (el Parlamento federal). De esta asamblea emanaba un reducido comité ejecutivo (Consejo de Estado) así como los cargos de capitán y almirante general y de gran pensionario. Este último recaía en Holanda. (P. MOLAS , J. BADA, E. ESCARTÍN, F. SÁNCHEZ MARCOS, V. GUAL Y M. A. MARTÍNEZ. Manual de Historia Moderna)
Imperio alemán: (Particularismo confirmado tras la Paz de Augsburgo de 1550 y Tratados de Westfalia de 1648). El caso polaco (monarquía electiva).
Tras la Paz de Westfalia, después de 1648 se creó en Alemania un estado independiente y sorprendentemente afortunado con materiales que habrían sido poco prometedores aun sin la guerra. Brandeburgo, Baviera y Sajonia eran estados donde una administración centralizada, y profesionalmente competente, estaba estrechamente ligada a una nobleza terrateniente y a un ejército políticamente poderoso.
IMPORTANCIA POLÍTICA (CENTRALISMO, ESTADO, ETC.) Y NUEVA HISTORIA POLÍTICA
A) Siglo XIX y primer tercio del XX: el nacimiento del concepto estado aplicado al Antiguo Régimen. Explicar historiografía (leviatán como tumba de las libertades feudales) e historiografía conservadora (el Imperio como Estado y el Estado como muestra de modernidad). El positivismo (M. Webber) y la historiografía alemana namkiana: tradicional historia del derecho y las instituciones (García de Valdeavellano).
B) La crítica (quiebra de la razón europea tras la Primera Guerra Mundial). Influencia de O. Hintze que introduce una tipología sociología del autogobierno (Historia de las formas políticas, 1962 pero publicado en 1929) y, sobre todo, O. Brannen (Tierra y poder, 1939) quien pone de manifiesto las continuidades entre los sistemas políticos medieval y moderno y la persistencia, en los niveles “inferiores” del sistema político (campesinado) de resistentes estructuras tradicionales de vinculación política.
EL DEBATE SOBRE EL ESTADO MODERNO
C) La recepción de la crítica. “Y a-t-il un Etat de la Renaissance”. Actes du colloque sur la Renaissance, Paris, 1958.
F. Chabod resaltó la patrimonialización de los cargos públicos (indefinición de público/privado). Dicho artículo representa una reacción contra Gramsci y la historiografía marxista (P. Anderson).
J. Vivens Vives (“Estructura administrativa estatal en los siglos XVI y XVII”), en 1960. Se muestran los límites del poder regio y señala algunas características fundamentales de la administración en la Edad Moderna (deber de Consejo).
El poder teórico no se corresponde con el mando efectivo, sujeto a múltiples limitaciones, de entre las cuales destacan: 1 ) a nivel territorial, la presencia de una jurisdicción señorial y eclesiástica que ejercía de hecho la autoridad y que, lejos de disminuir, en muchos casos incrementó su influencia, aunque sin disputar la soberanía eminente al rey; 2 ) a nivel institucional, en la esfera del poder central, el monarca tenía que compartir con las Cortes y otros organismos las iniciativas legislativas; y 3 ) en el marco de la propia jurisdicción se fue creando una burocracia permanente que si anuncia con claridad la aparición del Estado moderno (incluido un nuevo ejército profesional), no va a ser sólo una correa de transmisión de la voluntad real sino que, a su vez, tendrá, cuando aquélla no sea firme, sus propios objetivos; en este sentido Vicens hace una distinción entre las trayectorias de Francia y España, la primera en sentido centralizador, la segunda orientada a una ''refeudalización'' política (lo que en otros textos Vicens llama ''neoforalismo''); las causas de este doble camino corresponden a dos órdenes: por un lado, la diferencia en cuanto a la homogeneidad de las unidades políticas integradas (fuerte en Francia, muy escasa en España), y, por otro, la forma en que se abordó el problema de la corrupción: En Francia, la venalidad de los cargos trajo consigo, paradójicamente, una mejor selección del personal administrativo y una disminución de la corrupción individual; en España la corrupción personal se derivó de la permanente situación de agobio de la hacienda real y el escaso salario de sus servidores; además, las circunstancias negativas que acarreó el siglo XVII (disminución de los salarios efectivos, depresión económica, fabulosos gastos militares) acentuaron las prácticas de las exacciones ilegales. Cuando los Borbones llegan a España, desmontan todo el tinglado (régimen polisinodial) que era el resultado de la perversión de lo que en origen surgió como sistema administrativo especializado al servicio de la Corona, pero que había derivado en organismos autónomos lentos, inoperantes, caros y sólo preocupados por sus privilegios. (VICENS VIVES, J. Coyuntura económica y reformismo burgués)
G. Oestreich (1969) para quien habría extensas zonas de autonomía política más allá de la corte, lo cual se refleja en ausencia de burocracia más allá de la corte.
En general, en las coronas no va a existir la administración territorial, es un término liberal, pero que en los siglos XVI y XVII no existe.
A partir de 1945, a nivel internacional: acaba la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y el concepto se va difuminando, y se establece Bruselas como la sede europea con la creación de la ONU, y ya las tasas monetarias las establece Europa.
D) La influencia del pensamiento posmoderno (relativismo, subjetividad del conocimiento, negación de la idea de progreso, ampliación de la noción de poder).
Ello derivó en un replanteamiento de la sociología de poder (redes sociales, poder no violento, negación entre poderes).
Autores: M. Foucault (microfísica del poder) y P. Bourdieu (introducción del concepto de capital simbólico y violencia simbólica. Influencia en los análisis de la educación, el arte, intelectuales y la cultura legítima a partir de mecanismos de socialización). La influencia de ambos se refleja en A. M. Hespanha, B. Clavero, etc. (años 80-90) quienes entienden el sistema político del Antiguo Régimen no como un estado sino como una constelación de poderes donde el rey sería la figura preeminente.
- Foucault: habla sobre el poder como fenómeno inmanente en la sociedad, como algo imposible de desvincular de toda sociedad. Cabe pensar que si el poder le es natural a la sociedad toda sociedad (y el conjunto de sus ciudadanos/as) debería conocer los meandros y los intercisos propios sobre los cuales se funda el poder. Llevar al poder hasta sus últimas consecuencias, obligar al poder a ser "si mismo", pues está en el ánimo filosófico de Foucault conseguir la libertad del hombre y ésta tan sólo se podrá enunciar a través de un desenmascaramiento de los procesos de poder. (SANTIAGO CALLEJA ARRABAL. Microfísica del poder en Foucault. Un acercamiento a su teoría del poder).
- Bourdieu: El capital simbólico sólo existe en la medida que es percibido por los otros como un valor. Es decir, no tiene una existencia real, sino un valor efectivo que se basa en el reconocimiento por parte de los demás de un poder a ese valor. Para que ese reconocimiento se produzca tiene que haber un consenso social sobre el valor del valor, por así decirlo. Gran parte de la obra de Bourdieu se ha dedicado al descubrimiento o revelación de los mecanismos que se dedican a la constitución de esos elementos que configuran el capital simbólico en cada campo social. Así cuando habla de una "teoría de la violencia simbólica", la califica como "una teoría de la producción de la creencia, de la labor de socialización necesaria para producir unos agentes dotados de esquemas de percepción y de valoración que les permitirán precibir las conminaciones inscritas en una situación o en un discurso y obedecerlas". Es decir, para que un valor sea percibido como tal, se generan toda una serie de acciones cuya función es la construcción de la creencia que perciba, reconociéndolo, el valor. Sólo así puede funcionar el concepto de capital simbólico. Dentro de este marco, es comprensible que Bourdieu se haya dedicado al análisis de los campos en los que es especialmente señalada la configuración de los valores simbólicos: el estado, la burocracia, la iglesia, el mundo académico... (Pierre Bourdieu, Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción).
Van a sostener que la monarquía sería la figura preeminente pero que tiene que convivir con otras instituciones.
Estos autores dejan un utillaje conceptual que hasta el momento no se había producido.
E) Actualidad, existe un cierto reflujo hacia posiciones estatalistas. Críticas: la negación del supuesto Estado parte de historiadores del derecho (por ejemplo J. M. de Bernardo Ares).
PATRICIA MORENO JIMÉNEZ
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