miércoles, 11 de noviembre de 2009

APUNTES DÍA 5-11-09
3. LA ECONOMÍA EN LA EDAD MODERNA
Organización industrial y protoindustria en la Edad Moderna
- Preindustria: actividad artesanal y manufacturera
- Predominio de las “industrias” de consumo
- Creciente preponderancia del ramo textil
• Por demanda constante
• Producción diversificada
• Relacionada con la industria de la tintura
• La “new drapperie” (nuevos paños, estampados)
- Sector notable es la construcción/ebanistería y vidriería
- Minería y metalurgia
- Formas de organización: gremios, trabajo a domicilio y primeras fábricas.
FORMAS DE ORGANIZACIÓN: gremios, trabajos a domicilio y primeras fábricas.
Los gremios:
El gremio estaba regulado como tenían que trabajar, qué tipos de materiales debían utilizar, qué precios tenían que ser, etc. Los gremios tendían a monopolizar la producción.
Los gremios seguirán siendo importantes a lo largo de la Edad Moderna, porque no sólo constituían instituciones económicas, sino que tenían carácter asistencial. Pertenecer a un colectivo daba identidad a cualquier persona.
Al estar todo absolutamente regulado, los gremios se adaptaban bastante mal a los diferentes contextos.
En el siglo XVI está creciendo la población, hay un avance económico, pero los gremios no pueden producir más.
Se ha interpretado que los gremios fueron una herencia medieval que sobrevive hasta mediados del siglo XIX. Se piensa que no era una estructura anquilosada. Hubo gremios que llegaron a estar cerca del trabajo a domicilio.
En definitiva, está cambiando la visión de los gremios.
Los gremios eran asociaciones en torno a la producción, gran regulación e intervencionista. Los gremios irán desapareciendo, se van aboliendo a partir del siglo XIX.
En la primera mitad del siglo XIX se van creando nuevas estructuras de gobierno y los gremios es una asociación perteneciente al gobierno, por lo que irán desapareciendo, aunque algunos sabrán adaptarse.
En el siglo XVII se empiezan a regular, en el XVIII algunos gremios madrileños serán muy importantes.

En las antiguas ciudades artesanas, los reglamentos de los gremios impedían a los maestros de oficios proporcionar los objetos en cantidad suficiente y calidad deseada, es decir, la producción era insuficiente para abastecer la demanda y, al mismo tiempo, resultaba cara, porque era de buena calidad. Ante ello, los mercaderes fueron a los poblados y al campo, proporcionaron a los habitantes primeras materias y utillaje, y adquirieron después la producción para su venta, mediante el pago de un salario. Introdujeron un nuevo utillaje que no querían admitir los gremios: el batán para los paños, que si bien rebajaba la calidad del producto doblaba la producción y disminuía los precios.
El trabajador, al dejar de ser propietario de los medios de producción, se convirtió de artesano en obrero. De este modo hubo industrias dispersas en cuanto al trabajo, aunque concentradas comercialmente en manos de algunos empresarios capitalistas.
Donde la corporación no existía, los artesanos solicitaron del soberano que fuera creada para protegerse contra la concurrencia de inmigrantes o de antiguos compañeros que se habían establecido por su cuenta como artesanos libres. Más que estas precauciones, lo que salvó a las corporaciones fue el crecimiento de las ciudades, consecuencia del capitalismo, que les aseguró la clientela.
Los maestros de los gremios, en otros tiempos la primera clase burguesa, se encontraron desplazados. Los de las más importantes corporaciones se mantuvieron en un nivel honorable gracias al crecimiento de las ciudades, a sus bienes inmuebles y a los fondos del Estado. Algunos pudieron orientar a sus hijos hacia las profesiones liberales y las altas funciones estatales.
Por debajo se formó un proletariado de gentes reducidas a vivir al día por el trabajo de sus brazos, artesanos libres, obreros de empresas capitalistas, oficiales de los gremios, destinados a no ascender al grado superior, salvo excepciones.
En el siglo XVII, los nobles vive, financieros y funcionarios viven en oposición creciente también con los pequeños patronos, maestros de los “pequeños” oficios y oficiales gremiales de las ciudades, en la medida en que estos últimos están afectados por los impuestos. (MOUSNIER, ROLAND. Historia General de las Civilizaciones: siglos XVI y XVII).
Trabajo a domicilio:
La ventaja del trabajo a domicilio es que…
Importancia “menor” en la protoindustria. Forma de organizar el trabajo.
Primeras fábricas
En esta época, de forma excepcional, aparecerán las primeras fábricas. La característica principal de estas fábricas será la concentración de la mano de obra y división del trabajo.
Hubo fábricas en Inglaterra que llegaron a tener hasta 100 trabajadores.
Las fábricas se caracterizan por la concentración y el poder que ejerce el dueño con el capitalismo de la empresa y la forma de trabajo, y las herramientas de trabajo que se utilizan.
En España tenemos la Real Fábrica de Guadalajara, La Granja, San Fernando de Henares y será el Estado quien financie estas fábricas.
EL COMERCIO
- Desarrollo del comercio: campañas y redes
- Mediterráneo, Atlántico y Báltico: la carrera de las Indias (Sevilla, Casa de Contratación).

El siglo XVI se caracteriza por el desarrollo del capitalismo. El capitalismo adquirió un gran desenvolvimiento gracias a la intensificación del comercio a larga distancia. El consumo de productos, tanto de lujo como corrientes, aumentó extraordinariamente debido al incremento demográfico, crecimiento de las grandes ciudades y enriquecimiento de Europa. Un mayor número de productos fueron objeto de cambio internacional y nuevas ocasiones de actividad capitalista: sedas y manufacturas italianas, lanas de los Países Bajos, Francia e Inglaterra; productos mineros y metalúrgicos de Alemania; vinos de Francia, cereales, cáñamos, madera de construcción y ganado de los Países Bálticos., Rusia y Hungría. La apertura de las vías oceánicas hacia el continente asiático y el descubrimiento de América dieron un fuerte impulso al gran comercio.
Después de 1560, el crecimiento del capitalismo se hizo más lento. Algunos hablan, incluso, de un declive. En efecto, ya no se registran operaciones capitalistas de la envergadura de las de la primera mitad del siglo.
En el siglo XVII se produce, en la mayor parte de Europa, una disminución en el desenvolvimiento económico espontáneo y en el desarrollo del capitalismo. Con la disminución del alza, los beneficios van siendo más limitados. Se fundan menos empresas nuevas y crecen menos las ya existentes. La producción disminuye. (MOUSNIER, ROLAND. Historia General de las Civilizaciones: siglos XVI y XVII).

Desarrollo del comercio
En los últimos 20 años la economía se ha dado cuenta de que el comercio en esa época no va a estar condicionado.
Son muy conocidas las redes: los genoveses que será una gran red comercial. Será un grupo que funcione durante unos 200 años. También los portugueses y los judíos serán redes comerciales importantes. Estas pequeñas asociaciones se basaban principalmente en la confianza. Se diferenciaban bastante entre compañías, por un lado, y entre redes, asociaciones informales, familiares, por otro lado.
Los elementos principales para adquirir confianza son los lazos de sangre, entre familias, la amistad, la vecindad, etc.
En las sociedades de tipo familiar, el padre o el tío pone en ellas sus capitales y los de sus parientes, dirige la casa central y las múltiples sucursales dispersas en Europa, donde los hijos y los sobrinos trabajan como factores. En líneas generales, ésta fue la organización de los alemanes, italianos y españoles (MOUSNIER, ROLAND. Historia General de las Civilizaciones: siglos XVI y XVII).

Una de las razones del declive del comercio burgalés pudo ser el factor religioso. Muchas veces, algunos de la misma familia pasaban a pertenecer a diferentes religiones, lo que romperá la confianza.

Toda Europa está formada por movimientos sociales.
Otro elemento importante es que estas asociaciones informales adquirían gran importancia porque se extendían a lo largo de todo el territorio. Son estructuras relacionadas, que pueden parecer limitadas en un principio, pero en realidad tienen mucha libertad.
También existían estructuras formales que serán muy importantes. A principios del siglo XVII los holandeses crearan la Compañía de Indias Orientales, poco después crearan la Compañía de Indias Occidentales. Estas compañías se caracterizan por su estructura capitalista.
En 1609 se crea la Bolsa de Ámsterdam, donde la gente ya podía invertir en bolsa.
La Compañía de Indias Orientales tendrá dos objetivos principales: facilitar el comercio con Asia y se convertirá en la red comercial más importante en Asia.
Participarán en campañas militares. Son compañías creadas principalmente para el comercio internacional. Estas compañías de Indias, Occidental y Oriental, van a adquirir gran poder económico.

Las Compañías eran asociaciones de mercaderes para crear un propio monopolio, como el constituido por los comerciantes de Augsburgo en 1498 para apoderarse del mercado veneciano del cobre, o el de los comerciantes alemanes e italianos en Lisboa para formar un “trust” de la pimienta; o bien asociaciones para un comercio difícil y peligroso, como las compañías inglesas: Comerciantes Aventureros, Compañía de Oriente (1579), Compañía de Turquía (1581), Comerciantes Moscovitas. Este último se fue extendiendo cada vez más desde 1560.
Existían también los monopolios reales portugués y español. El rey de Portugal se arrogó el monopolio de la pimienta. Además, todas las mercancías de las Indias se concentraban en Lisboa, en la Casa da India e da Guiné, donde eran puestas a la venta por funcionarios reales, previo pago de tasas y fijación de precios. Los reyes de España poseyeron en Sevilla un centro de operaciones comerciales, la Casa de Contratación, que percibía la parte de la Corona sobre los metales preciosos importados, armaba las flotas y vigilaba el movimiento de mercancías.
Para facilitar las transacciones existían las ferias, pero las bolsas adquirieron cada día mayor importancia como mercados permanentes de mercancías y valores. La más célebre fue la de Amberes, fundada en 1460 y reconstituida en 1531.
En el siglo XVII, el comercio marítimo está reglamentado por las Compañías de Comercio, con una vigilancia recíproca de las Compañías y del Estado. El Estado, falto de recursos financieros, carece de funcionarios, navíos, tropas y medios para reglamentar por sí mismo el comercio ultramarino. De este modo se hizo necesario recurrir a la asociación de mercaderes en Compañías. Seis Cámaras de comerciantes se agruparon en 1602 y constituyeron la Compañía de Indias Orientales, la cual dispuso de 73 directores, todos administradores de Cámaras de Comercio. La dirección de los asuntes comunes estuvo a cargo del Colegio de los Diecisiete, nombrado por las Cámaras. Cada Cámara decidía sobre el comercio de sus miembros, las compras a efectuar en las Indias, las sumas de oro a enviar, la venta de mercancías recibidas.
(MOUSNIER, ROLAND. Historia General de las Civilizaciones: siglos XVI y XVII).
Grandes áreas comerciales
Se pueden dividir en tres grandes áreas: Mediterráneo, Atlántico y Báltico.

Durante la Edad Moderna, los ataques que libraron en el Mediterráneo y en el Atlántico africano los corsarios berberiscos contra las principales potencias europeas produjeron un importante tráfico de hombres y mercancías. Además, el comercio de esclavos que se produjo en estas aguas fruto de este conflicto generó una densa red de intermediarios de distintas procedencias geográficas y religiones que obtenían con todo este tráfico unos importantes beneficios económicos, capaces de compensar los enormes gastos realizados para desplazarse desde sus territorios europeos hasta el lejano e inexplorado continente africano. (MARTÍNEZ TORRES, José Antonio. Historia y política: Ideas, procesos y movimientos sociales / Artículo).
En la fachada Mediterránea era un comercio difícil por la presencia de los turcos. Será la fachada más importante hasta 1571. Por el Mediterráneo comerciarán los sicilianos, se transportarán muchos textiles. Existió un comercio muy rico entre el Mar de Coral, donde se comerciaban textiles, esclavos, etc. Un puerto muy importante de la fachada mediterránea fue Cartagena. No sólo se comerciaba entre las mismas religiones. El ejemplo lo tenemos en que los cristianos abastecían de armas a los berberiscos.
Con la llegada del siglo XVI se inicia una nueva etapa de prosperidad en Cartagena y Alicante, apoyada en la intensa actividad mercantil generada por sus puertos. Este esplendor económico sirvió para revitalizar un espacio hasta entonces adormecido: el Sureste español. Sus relaciones comerciales, las mercancías traficadas, su producción y comercialización, la actuación de su burguesía mercantil y los efectos de una fiscalidad desmesurada que estimuló el contrabando y que fue responsable en última instancia del estancamiento posterior cartagenero. (El auge económico de Cartagena y la revitalización del sureste español en los siglos XVI y XVII. Francisco Velasco Hernández).
Las relaciones entre norte y sur fueron en muchas ocasiones de conflicto, pero también de comercio.
En el Mediterráneo prosiguen también los transportes marítimos desde Barcelona, Valencia, Málaga, y la pesca, especialmente la del atún en el Atlántico Sur, tiene su importancia. Los viajes por mar siguen siendo muy peligrosos, por la vulnerabilidad de los barcos de vela a las inclemencias meteorológicas, y por los piratas y corsarios atlánticos y mediterráneos. (URIOL SALCEDO, José Ignacio. Transportes y viajes por mar en España en los siglos XVI y XVII)
Inglaterra por disponer de una base de operaciones, en la zona del estrecho de Gibraltar, que facilitase una entrada segura al Mediterráneo para apoyar su creciente presencia comercial en aquellas aguas frente a la reciente rivalidad con Holanda y la tradicional enemistad con España y Francia. (Inglaterra, Tánger y el estrecho compartido: los inicios del asentamiento inglés en el Mediterráneo occidental durante la guerra hispano-portuguesa (1641-1661). Rafael Valladares Ramírez).
El comercio holandés en la costa mediterránea española adquiere tras 1648 un notable auge que se ve reforzado posteriormente durante el conflicto anglo-español (1655-1660), si bien a partir de 1659 tiene que hacer frente al comercio francés y más tarde, desde 1668, al comercio inglés, que empieza a recuperar el terreno perdido.
De todos los puertos españoles donde los holandeses —y luego los ingleses— mantuvieron un tráfico comercial más activo destaca Alicante. (El comercio de exportación holandés en el Mediterráneo español durante la regencia de doña Mariana de Austria. José Antonio Sánchez Belén).

Comercio atlántico:
Tendrá dos variantes: el comercio con América, que será el más importante que se producirá, desde la Península Ibérica hasta el norte de Europa. Fue muy importante el comercio de cabotaje, donde los principales productos que se importaban eran textiles, lana, cobre, plomo, etc. Los holandeses serán los grandes intermediarios entre los productos del norte y los del sur. Los holandeses estaban al frente del comercio porque tenía la estructura económica más desarrollada, y también por el tipo de barcos que tenían. Inglaterra, por ejemplo, el 60-70 % de sus barcos eran holandeses.
El tipo de barco Fluyt será el que aventaje a los holandeses del resto de Europa, era muy manejable. Esto le permitía mayor facilidad para navegar. Este barco será el modelo más importante del comercio, por eso los holandeses son los que dominan el comercio en la época.
En los siglos XVI y XVII sigue activo el comercio marítimo de España con el Norte, lana e hierro principalmente, y la pesca en el litoral cantábrico y gallego, pero el tráfico marítimo más significativo de aquellos siglos es el de Sevilla con el Nuevo Mundo. Sevilla es la metrópoli de todo el comercio de Europa con América. (URIOL SALCEDO, José Ignacio. Transportes y viajes por mar en España en los siglos XVI y XVII).
Las Islas Canarias se convirtieron en un foco de interés para Holanda. En los siglos XVII y XVIII existió un contacto regular entre ambas zonas, que se inicia ya desde el siglo XVI. Amsterdam fue el eje principal de este comercio, aunque Rotterdam y Zelanda, a través de puertos como Middelburg, también participaron en él. Las Islas mantenían sobre todo lazos con América Latina, pero también con África. Los holandeses se beneficiaron como intermediarios de este comercio, tanto desde el punto de vista legal como ilegal.
La edad de oro de esta relación fue la década de los cincuenta del siglo XVII, justo después de los tratados de Westfalia, y fue decayendo conforme avanzaba el XVIII. Los barcos holandeses hacían habitualmente escala en las Islas dentro de su comercio atlántico. Participaron en el comercio de esclavos, en las actividades pesqueras en Berbería, en el contrabando americano y en los ataques corsarios contra los ingleses y portugueses. Canarias también importó productos textiles y cereal báltico, gracias a la ayuda de los mercaderes holandeses. (Canarias: base de la actuación holandesa en el Atlántico (siglos XVII y XVIII). Germán Santana Pérez).
Se produjeron también intercambios entre Sevilla y Yucatán. La licencia que en 1590 otorgó la Corona a la provincia, dada su marginación y pobreza, para que se pudiesen despachar cada año dos navíos de pequeño porte con las mercancías necesarias para su abastecimiento, supuso el afianzamiento de un tráfico que hasta entonces se había caracterizado por su precariedad. De ahí que el análisis cuantitativo y cualitativo del movimiento naval y de mercancías entre 1590 y 1600 sirva para entender cómo, a pesar de su carácter secundario, el comercio de la región figuraba, visto desde Sevilla, con una posición estimable en la jerarquía del gran tráfico atlántico, y también por qué Yucatán llegaría a ser en el siglo XVII el más favorecido de los "parientes pobres" de la Carrera de Indias. (El afianzamiento de un precario comercio: los intercambios entre Sevilla y Yucatán (1590-1600). Manuela Cristina García Bernal).
En la Carrera de Indias el tráfico comercial invita a una reflexión en torno a la facilidad con la que puede circular toda la cultura material del Siglo de Oro camino de América. Es frecuente encontrar en el menudeo de las anotaciones de carga todo un elenco de mercancías que tienen como peculiaridad estar ligadas, directamente, al universo de la escritura, la lectura y el libro. (La circulación de menudencias impresas en las redes atlánticas (siglos XVI y XVII). Pedro José Rueda Ramírez).

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