miércoles, 25 de noviembre de 2009

APUNTES DEL 19/11/2009

LA FISIOCRACIA


CARACTERÍSTICAS GENERALES


1. La agricultura como sector prioritario.

2. Visión no estática de la riqueza: el concepto de producto neto.

3. Influencia en el liberalismo: la aparición del “Laissez faire, laissez passer”, principio básico del liberalismo económico de Adam Smith.

4. La industria, el comercio y las finanzas como sectores estériles.

La fisiocracia era una escuela de pensamiento económico del siglo XVIII fundada por François Quesnay y Anne Robert Jacques Turgot en Francia. Afirmaba la existencia de una ley natural por la cual el buen funcionamiento del sistema económico estaría asegurado sin la intervención del gobierno. Su doctrina queda resumida en la expresión “laissez faire, laissez passer” (dejar hacer, dejar pasar).

El origen del término fisiocracia proviene del griego y quiere decir "gobierno de la naturaleza", al considerar los fisiócratas que las leyes humanas debían estar en armonía con las leyes de la naturaleza. Esto está relacionado con la idea de que sólo en las actividades agrícolas la naturaleza posibilita que el producto obtenido sea mayor que los insumos utilizados en la producción surgiendo así un excedente económico. Los fisiócratas calificaron de estériles las actividades como la manufactura o el comercio donde la incautación sería suficiente para reponer los insumos utilizados.

La fisiocracia surge como una reacción de tipo intelectual a la común concepción de la vida intervencionista del pensamiento mercantilista. Y para ahondar más las diferencias, estudiaron los fondos, por lo que propugnaban el impuesto único sobre la tierra y sugerían la anulación de todos los establecidos por los mercantilistas. La tendencia general de los fisiócratas es el libre cambio. La tarea del economista se reduce a descubrir el juego de las leyes naturales. La intervención del estado es inútil, pues no haría otra cosa que interferir ese orden esencial. El interés de los fisiócratas se concentraba en gran medida en la definición de una estrategia macroeconómica de desarrollo que incluyera políticas coherentes.

Para los fisiócratas, en oposición al mercantilismo, la riqueza de una nación procedía de su capacidad de producción y no de las riquezas acumuladas por el comercio internacional. Y consideraban que la única actividad generadora de riqueza para las naciones era la agricultura.

Los fisiócratas asumieron que dada su observación de los mercados, la manufactura era una actividad estéril. Obviamente, esto se debía al tamaño de la industria de entonces, anterior a la revolución industrial. Lo cual constituye un fallo en su análisis, que se deriva también del mayor interés en la productividad física y no en la productividad del valor. También defendían que la agricultura era el único sector productivo capaz de crear riqueza, mientras que el comercio y la industria tan sólo permitían la distribución de esta riqueza; los fisiócratas estaban en contra de las políticas de comercio internacional mercantilistas, favorecedoras del proteccionismo.

La fisiocracia se va a comportar como un grupo homogéneo. Se les llamara con el tiempo “la secta fisiócrata” y debido a su organización constituyeron un lobby de presión en la Corte francesa.


PRINCIPALES AUTORES


François Quesnay (1694-1774):

Economista francés, creador de la escuela fisiocrática (Méré, Île-de-France, 1694 - París, 1774). Tras formarse de manera tardía y autodidacta, François Quesnay llegó a hacerse cirujano en 1718; luchó contra las especulaciones propias de la medicina de la época y adquirió el suficiente prestigio como para convertirse en secretario de la Academia de Cirugía (1737) y médico de la corte de Luis XV (1752). Recibió la protección de la amante del rey, Madamme de Pompadour, que le ayudó a ganarse la confianza real como consejero.

Con más de sesenta años empezó François Quesnay a interesarse por la economía, a raíz de la obra de Mirabeau, El amigo de los hombres; del encuentro de ambos en 1757 nació la escuela economista o fisiocrática, que adoptó la forma de una secta elitista con Quesnay como maestro supremo y un reducido número de discípulos fieles (Mirabeau, Dupont de Nemours, Mercier de la Rivière, Baudeau...).

Los fisiócratas mantuvieron contactos con otros pensadores de tendencia ilustrada, como los enciclopedistas Diderot y D’Alembert (que permitieron a Quesnay redactar los artículos sobre «Granos» y «Agricultores» de su Enciclopedia) o la llamada «escuela de Gournay», a la cual pertenecía Turgot (el único del grupo que llegó a ejercer el poder en Francia, poniendo en práctica algunas ideas fisiocráticas).

La doctrina esencial de la fisiocracia se encuentra recogida en el Tableau économique (cuadro económico) que Quesnay elaboró en 1758, modificándolo y perfeccionándolo en múltiples ediciones posteriores. Se trataba de un modelo de reproducción económica que analizaba la circulación de la renta en una sociedad dividida en tres clases: agricultores, propietarios y los demás, a los que caracterizaba como clase estéril.

La agricultura era, en aquella teoría, la única actividad realmente productiva, de la que dependían todas las demás. En consecuencia, había que fomentar un desarrollo económico basado en una agricultura altamente capitalizada y tecnificada; y para ello propuso (en sus Máximas generales del gobierno económico de un reino agrícola, 1760) una política económica liberal: libertad de precios y de mercado, libertad de empresa y de cultivos, libertad de circulación y de comercio, reducción de las barreras aduaneras, simplificación del sistema tributario reduciéndolo a un único impuesto sobre la renta de la tierra.

Curiosamente, ese liberalismo económico iba unido a una preferencia política por el despotismo monárquico, un despotismo ilustrado: la mejor garantía de acierto en el gobierno sería una esmerada educación del príncipe, que le hiciera capaz de descubrir con las luces de la razón el orden natural del universo; la política económica correcta consistiría en dejar actuar sin interferencias a ese orden natural.

Quesnay estaba fascinado por el modelo de empresarios agrícolas ricos e innovadores del norte de Francia y de los Países Bajos, y aspiraba a extender ese modelo a todo el país; sin embargo, para ello era necesario desmontar primero el entramado de regulaciones económicas heredadas de la época mercantilista. Su crítica al mercantilismo y al modelo económico intervencionista del Antiguo Régimen sentó las bases de la economía política liberal (que se desarrolló en Gran Bretaña a partir de Adam Smith) y ejerció una gran influencia en la época de la Revolución francesa (1789).

Jacques Turgot (1727-1781):

Jacques Turgot, Baron de l'Aulne fue un conocido político y economista francés del siglo XVIII. Contemporáneo, amigo y protector de Quesnay y los fisiócratas, aunque manteniendo ideas originales. Estudió en la Sorbona y ocupó importantes puestos administrativos y políticos, llegando a ser Ministro de Finanzas bajo Luis XVI.

Decidido defensor de la libertad de comercio, Turgot era enemigo de los gremios y reformista, pero poco partidario de la intervención gubernamental. Mientras estuvo en el ministerio, nombró responsable de la casa de la moneda a su amigo Condorcet, tratando de restringir los gastos del estado.

Se considera que tuvo gran influencia sobre Adam Smith, quién le visitó asiduamente durante su estancia en Francia.

Comerciante de origen que se convirtió en funcionario con Luis XV, y en ministro de Hacienda con Luis XVI. Estuvo vinculado a la reforma de la agricultura.
OBRAS:

v Lettre a l'abbé de Cice (sur le Papier-Monnaie), 1749
v Tableau philosophique des progrés successifs de l'esprit humain, 1750.
v Plan de deux Discours sur l'Histoire Universelle, 1751.
v Plan d'un ouvrage sur la geographie politique, 1751.
v Fragmens et pensees detachees pour servir a l'ouvrage sur la geographie politique, 1751.
v Articles in Diderot's Encyclopaedia, 1757 - "Etymologie", "Foire et Marchés", "Fondation", "Langues".
v "Éloge de Vincent de Gournay", 1759, Mercure.
v Le Commerce des grains: Projet de lettre au contrôleur général Bertin sur un projet d'édit, 1763.
v Reflections on the Formation and Distribution of Riches, 1766
v L'Impôt Indirect: Observations sur le mémoires récompensés par la Société d'Agriculture de Limoges, 1768.
v Valeurs et Monnaie: Projet d'article, 1769
v Mémoire sur les prîts d'argent, 1770.
v Lettres au Contrôleur général (abbé Terray) sur le commerce de grains, 1770.
v Lettre au Contrôleur général sur la marque des fers, 1773.
v Letters to DuPont de Nemours.

Pierre du Pont de Nemours (1738-1817):

Fue un empresario y economista francés. Muy relacionado con François Quesnay, elaboraron conjuntamente varias obras, entre las que hay que destacar La Fisiocracia (1768). Sustituyó oficialmente al abad Nicolás Baudeau en la dirección de las Efemérides del ciudadano en 1769.

Trabó amistad con Turgot, quien le llamó durante su época de ministro de finanzas, y compartió con él su caída en desgracia en ese ministerio, aunque luego fue llamado de nuevo por Vergennes, y fue uno de los redactores del Tratado de Versalles de 1783, que acabó con la guerra de independencia de los Estados Unidos. Allí conocerá a Thomas Jefferson quien le ayudará en su traslado a los Estados Unidos. Para agradecerle la labor prestada, el rey Luis XVI de Francia le concedió una patente de nobleza y le permitió añadir de Nemours a su apellido original du Pont.

Diputado en 1789 en los Estados Generales por el distrito de Nemours, fue primero partidario de la Revolución francesa, y ejerció en 1790 de presidente de la Asamblea Nacional Constituyente. Votó a favor de las más importantes reformas, pero tuvo que sufrir las iras del pueblo al mostrarse contrario a la creación de los assignats y de haber manifestado su apoyo al rey.

Junto a su hijo Eleuthère Irénée du Pont se cuenta entre los que defendieron físicamente a Luis XVI y a Maria Antonieta de las turbas que asaltaban el Palacio de las Tullerías de París durante las revueltas del 10 de agosto de 1792. Fue condenado a la guillotina durante el Terror pero al no haberse producido su ejecución cuando cae Robespierre el 9 Termidor, fue liberado. Se casó con Françoise Robin el 5 Vendimiario del año IV (27 de septiembre de 1795).

Después de que su casa fuera saqueada en el año V (1797) durante los acontecimientos del 18 Fructidor, él y su familia se exiliaron a los Estados Unidos en el año VII (1799).
Pierre du Pont de Nemours mantuvo fuertes vínculos con la industria y el gobierno de los Estados Unidos, en especial con Thomas Jefferson. A su regreso a Francia en la época del Directorio, formó parte del Consejo de los Quinientos. En 1802, se dedicó a la diplomacia entre Francia y los Estados Unidos, durante el reinado de Napoleón.

Es uno de los responsables de la compra de Luisiana por los Estados Unidos en 1803, con un compromiso que quería evitar conflictos entre las poblaciones francesa y americanas que residían en el territorio, pero que sirvió fundamentalmente para volver a proporcionar a Napoleón medios para reconstruir una flota capaz de luchar contra Inglaterra en Europa. En 1814 fue nombrado secretario del gobierno provisional. Al ser partidario del exilio de Napoleón en la isla de Elba en 1814, tiene que volver a exiliarse a los Estados Unidos durante el Imperio de los Cien Días, por el regreso de Napoleón.

Pierre du Pont de Nemours ha dejado una gran cantidad de obras sobre economía, política, fisiología, historia natural y física general (La fisiocracia, La filosofía del bienestar, Memorias sobre los animales, una traducción en verso del Orlando furioso e interesantes memorias sobre Turgot. También redactó durante algún tiempo el Diario de agricultura. Había sido miembro del Instituto de Francia desde su fundación.

Gran difusor de:

v Cartillas rurales
v La prensa agrícola
v Los calendarios
v La previsiones (meteorológicas, etc.)


ANÁLISIS DE INPUT-OUTPUT


W. Leontief (1957): “INPUT-OUTPUT ANALYSIS”, en “Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales”, Ed. Aguilar, Vol. 6, pp. 70-78

v “...el método INPUT-OUTPUT es una adaptación de la teoría neoclásica del equilibrio general al estudio empírico de la interdependencia cuantitativa entre actividades económicas interrelacionadas”.


v La tabla input-output, soporte estadístico del modelo, “...describe el flujo de bienes y servicios entre los distintos sectores de la economía nacional durante un periodo fijado de tiempo”.


PROPÓSITO: Analizar y cuantificar las relaciones derivadas de esos flujos mediante:

v Sistemas de ecuaciones lineales (sencillo, pero irreal).

v Coeficientes numéricos no estimados estadísticamente (ratios descriptivos en la TIO). Rasmussen (1963): “sorprendente”.

CRITICADO POR SU SENCILLEZ:

v “forma heroica de construir modelos (R. Stone y G. Croft-Murray, (1959).


ALABADO POR SU APLICABILIDAD Y CARÁCTER EMPÍRICO:

v “regla de tres del economista” (E. Dossier, 1980)


ORIGENES


CONCEPTUALES: (Shumpeter, 1971 y Nagels, 1970):

v Mercantilismo y fisiócratas à representación esquemática del circuito económico (Boisguilbert – Quesnay – Marx – Walras).


FOMARLES:

v Primer balance económico soviético à idea explicita de una TIO, alabada por Leontief (1963, p. 130. Articulo en Etudes Economiques, núm. 143, traducido del original en ruso de 1925). Ver Nemchinov, 1963 y 1973; Dmitriev, 1968.

v “request - table” de R. Frish (1934. p.272). Ver Morillas (1983; p. 91) y Rasmussen (1963, p. 25).




LA SOCIEDAD DE LA EDAD MODERNA


ÍNDICE



Características generales.

Estamentos privilegiados: La nobleza.

Estamentos privilegiados: El clero.

Los no privilegiados: Estado llano (ciudad y campo)

La movilidad social.

Importancia de las redes, dada la existente visión estática de la sociedad.


CARACTERÍSTICAS GENERALES



v Sociedad estamental: nobleza, clero y estamento llano (pueblo llano / pecheros).

v Importancia del privilegio, lo cual marcaba las pautas de desigualdad social.

v Sociedad corporativa: familia, linajes, asociaciones profesionales, etc. Es una sociedad comunitaria antes que individualista.

v Importancia de las redes sociales.

La sociedad del Antiguo Régimen estaba dividida, según el derecho tradicional, en tres órdenes o estamentos: la nobleza, el clero y el estado llano, que comprendía grupos tan diversos como el campesinado, la burguesía y las clases populares de las ciudades y cuya función social era producir todos los bienes materiales que la ciudad necesitaba.

La característica principal de la sociedad estamental era su desigualdad civil. Esta desigualdad comportaba la división en dos grupos bien diferenciados: los privilegiados: nobleza y clero, éstos gozaban de derechos y privilegios y estaban exentos de pagar impuestos; y los no privilegiados: tercer estado o estamento, que no tenían privilegios y debían soportar todas las cargas fiscales.


LOS PRIVILEGIADOS

Los estamentos privilegiados eran la nobleza y el clero. Tenían una serie de ventajas sobre el resto de la población:

v No pagaban impuestos.
v Poseían la mayor parte de las tierras.
v Tenían tribunales propios y acaparaban los principales cargos.


LA NOBLEZA:

La nobleza tenía la función teórica de defender la sociedad y era el núcleo fundamental de la clase dominante. Sin embargo, en la Edad Moderna muchos nobles evitaban servir en el ejército y la imagen del noble-guerrero era cada vez más infrecuente. Sus efectivos eran escasos y constituían entre el 2 y el 3% de la población. La base de su riqueza era la propiedad territorial y en conjunto poseía entre el 30 y el 40% de las tierras (en España). Gozaba, asimismo, de una serie de concesiones.

Honoríficas:

v Derecho a llevar espada.
v Banco reservado en la iglesia.
v El monopolio de acceso a altos cargos.
v No podían ser azotados ni ahorcados.

Económicas:

v Derecho de caza.
v Exención de trabajar en las obras públicas.

Fiscales:

v Dispensa de pagar impuestos.
v No obstante, derecho a cobrarlos.


Ahora bien, tampoco era un grupo homogéneo y existían enormes diferencias entre la rica y poderosa nobleza de la Corte y la nobleza de provincias. No conforme con esta distinción a grandes rasgos, profundizando podemos distinguir otra serie de diferencias que convertían la nobleza en un grupo heterogéneo, en el cual podemos distinguir tres grandes grupos:

Ø El nivel más alto de la nobleza correspondía a los títulos:

ü Duques.
ü Condes.
ü Marqueses.
ü Etc.

A este nivel la nobleza poseía un enorme poder político y económico y mantenían un estilo de vida muy lujoso. Entre los títulos había un reducido grupo muy próximo al rey, que formaba la élite nobiliaria y que en España se llamaban “grandes” y en Francia “pares”.

Ø El nivel medio era el de los caballeros, muy influyentes en las zonas rurales. Poseían tierras de las que obtenían sus ingresos. Tenían un nivel de vida alto y se mostraban orgullosos de su posición.

Ø El nivel más bajo lo ocupaban los hidalgos, cuyas costumbres marcaron el tono de la época. Su alta estima y el fuerte sentido del honor constituyeron el asombro de cuantos extranjeros visitaban los reinos españoles. Los hidalgos eran nobles por su ascendencia familiar, pero que, en general, no tenían dinero ni posesiones. Muchos de ellos vivían en la pobreza.

Ø A lo largo de la Edad Moderna se creo otro grupo, la nobleza de toga, compuesta por juristas y otros funcionarios de la administración, a los que el rey ennobleció como premio a sus servicios al Estado y a la lealtad probada, a veces, esta se lograba a través de tres generaciones de favor y obediencia. Parte de la “movilidad social”, de la que fueron protagonistas muchas familias burguesas, viene dada por este canon de comportamiento, de tal forma que muchos de los hijos de los burgueses eran enviados a la universidad, con objeto de estudiar derecho, para ser posteriormente enviados a la Corte.


EL CLERO:

La función del clero era procurar la salvación de las almas, por medio de la oración, la predicación, los oficios religiosos y la entrega de los sacramentos. Existían dos tipos de clero: el regular y el secular. El clero regular era el que seguía la regla (conjunto de normas fundamentales que sigue una orden religiosa) de una orden religiosa, como los franciscanos, los dominicos, los jerónimos, etc. El clero secular no seguía una regla, y ejercía las labores sacerdotales. A pesar de su aparente unidad, el clero no era un grupo homogéneo si no que se podía distinguir entre el alto clero y el bajo clero:

q El alto clero: eran los cardenales, obispos, arzobispos, canónigos y altos cargos; además eran personas que provenían exclusivamente de las clases nobiliarias y vivían en el lujo característico de la nobleza, gozando de todos sus privilegios.

q El clero medio: eran los abades y abadesas de las ordenes, los miembro de los cabildos, los curas de parroquias ricas, etc. Sus cargos les daban unas rentas altas y vivían con desahogo.

q El bajo clero: eran los curas, frailes y monjas. Éstos eran sobre todo gentes de origen humilde y tenían una vida modesta, sin lujos ni privilegios.


LOS NO PRIVILEGIADOS


También llamado tercer estamento estaba representado por la inmensa mayoría de la población (entre un 90 y 95% ) y agrupaba sectores sociales muy diferentes, tanto por su condición económica como social. a pesar de esa diversidad, al final del Antiguo Régimen los unía un interés común: su posición a los privilegios sociales y al mantenimiento del régimen feudal, así como la reivindicación de la igualdad civil.

En esencia, se pueden distinguir tres grandes grupos entre los no privilegiados: la burguesía, las clases populares y los campesinos.


LA BURGUESÍA:

La burguesía constituía la clase predominante dentro del tercer estado, y era el grupo económico más dinámico de toda la sociedad, ya que, en los últimos siglos, su riqueza había aumentado notoriamente. Esto dio lugar, a que los mas ricos imitaran a la nobleza y vivieran con mucho lujo; del mismo modo, con objeto de ennoblecerse legítimamente, casaban a sus hijos en matrimonios de conveniencia con nobles que tenían problemas económicos.

Dentro del conjunto de la burguesía se podía diferenciar entre la burguesía rentista, que vivía de las rentas de sus propiedades o capitales; la financiera (banqueros y cobradores de impuestos); la manufacturera o industrial y, finalmente, la pequeña burguesía, que comprendía artesanos, pequeños comerciantes y profesionales liberales.


LAS CLASES POPULARES URBANAS:

Éstas agrupaban una multitud de trabajadores manuales de las ciudades, a quienes los burgueses denominaban desdeñosamente con el termino de “pueblo bajo”. Englobaba tanto a los artesanos (oficiales y aprendices) como a los obreros de las manufacturas, al personal doméstico y a todos los pequeños oficios de las ciudades. Durante el siglo XVIII sus condiciones de vida habían empeorado como consecuencia del aumento de la población urbana y de la subida de los precios (ver gráfico).


EL CAMPESINADO:

Era el grupo más numeroso de la población del Antiguo Régimen, más del 80% de la población eran campesinos, que alternaban las labores del campo con otros trabajos en los meses de inactividad agraria. Así, por ejemplo, de los 23 a 25 millones de habitantes que debía tener Francia en 1789, 20 millones eran campesinos. La condición de esta población era muy variada, en función de la situación jurídica de las personas y del reparto de la propiedad, lo que nos lleva en primer lugar a distinguir entre siervos y campesinos libres.


LOS CAMPESINOS LIBRES:

Estos podían ser arrendatarios o propietarios de tierras. Sin embargo, la mayoría de ellos no disponía de propiedades y sus condiciones de vida eran muy duras, empeorando con la subida de los precios del siglo XVIII, que les dificultaba todavía más la subsistencia (ver texto). Por otro lado, sobre ellos recaía la mayoría de los impuestos: reales, eclesiásticos, señoriales... Ante esta situación, la abolición de las estructuras feudales era una reivindicación unánime del campesinado del Antiguo Régimen.
BIBLIOGRAFÍA:
-Historia del mundo moderno. Vol. 1, Entre el Renacimiento y la Revolución Francesa. Barcelona : Oceano, [2000].
-Crisis en Europa : 1560-1660 / John Bossy...[et al.] ; compilación de Trevor Aston ; introducción de Christopher Hill. Madrid : Alianza, 1983.
-Europa en el siglo XVI / H.G. Koenigsberger, George L. Mosse ; traducción del inglés por Juan García-Puente. Madrid : Aguilar, D.L. 1974.
-La España del siglo XVII / por Henry Kamen, Johgn H. Elliot, Antonio Domínguez Ortíz. Madrid : Grupo 16, D.L. 1985.
-El siglo de hierro : cambio social en Europa, 1550 - 1660 / Henry Kamen. Madrid : alianza, 1977.
Andrés F. Cortés Medina

MEMORIA 20/11/2009

Dados los comentarios que usted ha hecho sobre la distribución en la redacción de algunos compañeros, en lo que se refiere al esquematismo de ésta, he de asegurar que es a propósito, dado que se trata de una publicación en un blog y esto permitirá, a mi parecer, facilitar a los compañeros la lectura y compresión del texto, de cara a la utilidad que le quieran dar, (véase completar apuntes).

En lo que se refiere a la nueva dinámica de grupo, tras la última valoración que usted dio del trabajo que se realizaba los viernes en clase, se ha tomado la determinación de complementar el blog con una serie de textos, gráficos, tablas y mapas, con objeto de ser comentados por los integrantes del grupo, así como también, lograr a través de éstos un conocimiento más amplio y con perspectiva de la Sociedad del Antiguo Régimen.


Andrés F. Cortés Medina.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

MEMORIA DE TRABAJO 13-11-2009

Esta semana decidimos que me encargara yo, Marta Fúster, de realizar la memoria del trabajo. En lo que se refiere a la actualización del trabajo en grupo, hemos decidido compartir con la clase, a través del blog, una somera pero acertada introducción de las dimensiones de la vida en la Edad Moderna, específicamente en los siglos que nos conciernen, XVI y XVII.

LAS DIMENSIONES DE LA VIDA EN LOS SIGLOS XVI Y XVII
Mediado el siglo XVI, Europa había iniciado ya su expansión a todos los rincones del mundo, y los europeos amenazaban la seguridad de las civilizaciones más avanzadas del globo. Inevitablemente, esta expansión vigorosa llevaba consigo una alteración de las perspectivas de la vida cotidiana en el continente, a medida que el comercio traía nuevas mercancías al mercado interior y que la actividad mercantil empezaba a explotar las riquezas de las posesiones ultramarinas recientemente adquiridas. No era sólo el mundo exterior el que cambiaba. De puertas para dentro, todo el ideario de los europeos había quedado trastocado por los acontecimientos revolucionarios de la Reforma. En el período que aquí nos ocupa, el siglo que siguió a la Reforma, estaban aún vivos los problemas y conflictos que la escisión de la Cristiandad había suscitado. Tan profundos son los cambios de la era posreformista, que muchos historiadores atribuyen todavía un carácter revolucionario a los sucesos religiosos, económicos y políticos de la época. Pero importa observar también que, a su vez, la marca revolucionaria produjo una reacción que contuvo y alteró la dinámica del cambio. Esta tensión entre flujo y reflujo, entre avance y estancamiento, que caracteriza a la época, la describiremos aquí en términos de una “crisis”: una crisis que tuvo lugar concretamente hacia mediados del siglo XVII.
Al hablar de una “crisis” estamos describiendo en primer lugar la dialéctica del cambio, pero también la estamos relacionando específicamente con los acontecimientos enormemente importantes de ese período. Los hombre reflexivos de la época eran conscientes, desde luego, de los cambios operados en todas las ramas de la actividad social, ya fuera en el valor decreciente del dinero que llevaban en el bolsillo, en el número creciente de parados en las ciudades o en la intensidad creciente del conflicto ideológico y los estragos ocasionados por años de guerra incesante. Por todos lados se transformaba rápidamente el patrón de la existencia.

EL ESPACIO
¿Cómo era de grande el mundo europeo de 1550? Tenemos aquí alguna evidencia de la gran transformación que había sufrido Europa. Los mercaderes, aventureros y exploradores del litoral atlántico habían ampliado inconmensurablemente los horizontes del europeo de fines del siglo XVI. A los breves y fragmentarios contactos medievales entre Europa y Asia habían venido a sustituir en la época renacentista otros contactos directos, extensos y lucrativos entre los comerciantes de Europa y las monarquías asiáticas. Mientras Portugal se enriquecía con el comercio en las Indias Orientales, los españoles habían empezado a consolidar en América un imperio que en territorio y riqueza mineral superaba al de cualquier otra potencia europea.
Entre las empresas portuguesa y española había habido siempre una rivalidad encarnizada, que se hacia patente no sólo en el control exclusivo de sus respectivos imperios sino también en el control de la información. Antes de 1550, aproximadamente, los portugueses ejercían un control estricto sobre la circulación de impresos relativos a sus territorios en Asia, a fin de preservar la seguridad que rodeaba a su monopolio del comercio de especias. Los españoles no eran tan reservados, en parte porque en América parecía haber menos peligro de intromisión extranjera, en parte por que las controversias surgidas en torno a los métodos de conquista hacían necesario un debate público; de otro modo, como decía el historiador contemporáneo Antonio de Herrera, “la reputación de España caería rápidamente, pues las naciones extranjeras y enemigas dirían que poco crédito se podía dar a las palabras de sus gobernantes, cuando a sus súbditos no se les permitía hablar libremente”. El deseo de restringir la información, deseo común a la mayoría de los estados de la época, hubo de desmoronarse frente a una curiosidad creciente por parte del público y una actividad incrementada por parte de la imprenta.
A partir de 1550, Europa se vio inundada de literatura acerca de los territorios de ultramar que el explorador y el mercader le habían abierto. La publicación de estas obras de literatura fue a la vez síntoma y causa de una curiosidad hacia el mundo exterior, y una aceptación del destino colonial que confirmaban la voluntad de expansión de Europa.
Los viajes y exploraciones no serian sino una primera etapa en el descubrimiento europeo del mundo exterior. De ello da testimonio el marcado contraste de actitudes entre la primera y segunda parte del siglo XVI. En el primer periodo es todavía la sensación de asombro la que predomina en los informes de los viajeros europeos. Muchos constataban con estupor que frecuentemente Asia y América daban quince y raya a cuantas maravillas pudiese ofrecer Europa.
En el curso del siglo XVI, la conciencia de la parte modesta de Europa dentro de la civilización mundial fue desplazada por una actitud nueva y más agresiva. Confiado en la superioridad de su tecnología y armamento, el europeo traspaso casi sin sentir los umbrales de la época colonial. El resultado fue una demasiado fácil presunción de su destino de mando moral y civil. Las empresas mercantiles de los portugueses e ingleses, no menos que el imperialismo, más despiadado, de los españoles y holandeses, estaban por igual imbuidas de esa actitud. En parte brotaba de una convicción puramente religiosa del deber de llevar la fe a los paganos. Por otra parte emergía también de una presunción de superioridad racial intrínseca.
La ampliación del espacio no quedaba limitada únicamente a la cosmovisión de estadistas, propagandistas y comerciantes. Por primera vez se ofrecían al pueblo llano de Europa extraordinarias oportunidades de desplazamiento. Dentro de sus propios países, los europeos podían efectuar migraciones internas con regularidad, de modo que no estaban confinados de por vida a un espacio limitado en el que hubieran de nacer y morir. Más allá de esto, sin embargo, se les ofrecía ahora la posibilidad deslumbrante de emigrar a las nuevas tierras del otro lado del Atlántico. Fueron los españoles quienes abrieron la marcha hacia América, pero en la primera parte del siglo XVII también emigraron gran número de ingleses.

LA GUERRA
Todos los demás problemas podían quedar y, de hecho, quedaban sumergidos en el de la guerra. Las epidemias y el hambre eran consecuencias naturales de los estragos de la soldadesca: en este período es muy posible que fueran más mortíferos que las propias campañas militares. Es, por consiguiente, bastante engañoso pensar que fue una época de guerra limitada. Es cierto que los ejércitos eran relativamente pequeños, que la movilización de masas no existía y que las armas no eran terriblemente letales, pero los países afectados por la guerra sufrían tan graves daños en su economía y población que sería falaz tratar de minimizar la escala de destrucción. Incluso el hecho de que las muertes en combate tendieran a ser moderadas hay que considerarlo en su justa dimensión, pues sin duda había ocasiones en las que el celo rebasaba todos los límites. Quizá las mayores atrocidades del siglo XVII las cometieron los ingleses. El genocidio que llevaron a cabo con el pueblo irlandés condujo entre 1641 y 1652, a una merma de población de unas quinientas cuatro mil almas.
La lamentación suscitada por la guerra era universal. Se necesitaron los males de la de los Treinta Años para que la población de Europa se diera cuenta de los horrores que la guerra llevaba consigo.
Es difícil calcular el efecto global de la guerra sobre la población. No basta con contar muertes; hay que tener en cuenta también los refugiados y la emigración, así como un posible descenso en el número de varones y en el nivel de fertilidad. Los cuatro pasos que estudiaremos brevemente a continuación pueden dar idea del impacto de la guerra en el período de 1550 a 1660.
No hay duda de que Francia sufrió grandemente en el medio siglo (1559-1598) de conflicto que se conoce con el nombre de guerras de religión. No nos interesan aquí sus graves efectos sobre el comercio y la industria, sino únicamente la pérdida de vidas humanas. Es posible relacionar los reveses graves con los años de crisis y epidemia. Los datos limitados de que disponemos permiten afirmar que Francia participó de la expansión demográfica de la época, y que el efecto de las guerras sobre la población civil fue mucho menor de lo que antes se pensaba. Estas observaciones no tienen en cuenta, por supuesto, las consecuencias derivadas para otros sectores de la economía.
Alrededor de 1590, sufrían los Países Bajos su guerra particular. La larga contienda por la independencia holandesa, conocida en Holanda con el nombre de guerra de los Ochenta Años (1568-1648), escindió el país en una parte septentrional (las Provincias Unidas) y otra meridional (sometida a España). En los primeros años el norte padeció males considerables, pero de finales del siglo XVI en adelante sería el sur el que llevase el peso de la guerra. Varios factores se combinaron para producir efectos totalmente desastrosos sobre el sur, y no se tradujeron tanto en pérdida de vidas como en emigración. El colapso del país fue hasta cierto punto consecuencia del colapso de Amberes, que fue víctima del bloqueo del Escalda a partir de 1572 y de la rebelión de las tropas españolas – la Furia Española – en 1576. De 1580 en adelante el territorio belga conoció una grave crisis, conforme la economía se iba paralizando. En 1581 se hundieron las industrias de paños de Courtrai y Oudernarde. En 1582 las tropas del duque de Anjou saquearon varias ciudades industriales. En el otoño de 1581 no se pudo sembrar nada en los campos de alrededor de Bruselas, por causa de la guerra. Los mercenarios mataban campesinos, las granjas eran destruidas, los campos se dejaban sin labrar. En 1585 el Escalda quedó firmemente cerrado por los holandeses. Hubo aldeas donde no quedó piedra sobre piedra.
Hubo un hambre generalizada, sobre todo en 1586. En ese año, la población de la mayoría de las aldeas de Brabante había descendido a entre un veinticinco y un cincuenta por ciento de lo que fuera antes de 1575. En Lovaina el número de casas habitadas bajo de 3299 en 1526 a 1685 a finales del siglo. En 1604, los Estados de Flandes declaraban que <>. Esta depresión no afectó a todas las provincias meridionales por igual. Las regiones norteñas, pobladas por flamencos, fueron las que más sufrieron; la sección meridional, valona, experimentó una cierta recuperación, sobre todo alrededor de Lieja. Pero el estallido de la guerra en 1621, al expirar la Tregua de los Doce Años entre España y las Provincias Unidas, acarreó nuevas calamidades. La muerte y la miseria confirmaron el dramático descenso de población de los Países Bajos del sur. Estas guerras desastrosas del siglo XVI coincidieron hasta cierto punto con un período de expansión demográfica, de modo que no parece haberse dado un retroceso grave en los índices de natalidad y fertilidad. Es al llegar a las guerras de mediado el siglo XVII cuando empieza a perfilarse un cuadro diferente. Cualquiera que fuese su efecto en las distintas zonas, estas guerras marcan un giro crítico. A partir de la primera mitad del siglo se registra una recesión demográfica, y las guerras vienen a acentuar esa tendencia. En Francia los reveses de población aparecen estrechamente vinculados a la Fronda. Las campañas de 1648-1653 se desarrollaron principalmente en el norte de Francia, y en particular en los alrededores de París.
Los acontecimientos de Alemania suministran nuevas pruebas de la acción mortífera de la guerra. La larga controversia en torno a los efectos de la guerra de los Treinta Años sobre la población germana está ahora resuelta en bastante medida, gracias a los estudios detallados que se han llevado a cabo de cientos de localidades afectadas por el conflicto. La mortandad y la destrucción fueron extensas; lo que es peor, fueron prolongadas. Aun reconociendo lo exagerado y propagandístico de los relatos que cuentan los horrores de la guerra, no hay razón para discutir la realidad de la devastación, la peste, el hambre y la pura barbarie de la soldadesca. La pérdida real de población alcanza proporciones increíbles.
En la totalidad de las regiones alemanas los centros urbanos perdieron un tercio de su población, y las zonas rurales alrededor de un cuarenta por ciento. Las pérdidas oscilaron entre menos de un diez por ciento en la Baja Sajonia y más de un cincuenta en Wütemberg y Pomerania. Hay que manejar estas cifras con cautela, porque el término <> es ambiguo. Sabemos, por ejemplo, que hubo una enorme población de refugiados, y que buena parte de ellos regresaron a sus hogares al cabo de varios años. Así pues, <> no significa necesariamente muerte, y tal vez sería más correcto hablar de un <>.
El carácter incompleto de los registros de nacimientos y defunciones, y la elevada mortandad que ocasionaron las epidemias, hacen virtualmente imposible la determinación de un índice de mortalidad exclusivamente a la guerra. Se pueden calcular las bajas registradas en batallas y asedios, pero estas cifras quedan siempre superadas por las de muertes atribuidas a la <>. Esto no significa que la guerra quede absuelta de responsabilidad, porque, si bien las epidemias eran un fenómeno recurrente, durante la guerra en Alemania los brotes estuvieron muy vinculados al movimiento de tropas, y la pestilencia florecía invariablemente en la estela de los ejércitos.
Citar una lista interminable de cifras de fallecimientos no demuestra por sí solo el grave impacto de la guerra. Como el escritor contemporáneo John Graunt observaba a propósito de Londres después de la Gran Peste de 1665, es frecuente que un correctivo natural venga a remediar los estragos de una catástrofe: aumentan los matrimonios, vienen inmigrantes a incrementar la población y el índice de natalidad rebasa su nivel normal de antes. Un correctivo así podría compensar un revés demográfico serio, de modo que la tendencia global no experimentara cambios fundamentales. Desdichadamente, hay pocos indicios de que esto sucediera en Alemania (e incluso en Inglaterra la respuesta de la villa de Colyton a la peste de 1646 no muestra elevación compensatoria de los nacimientos después de aquel año calamitoso). La guerra de los Treinta Años había atacado los sectores más vitales de la población. Es muy posible que un descenso en el nivel de nutrición y salud pública afectara a la fertilidad. El resultado fue que en muchas ciudades el índice de natalidad cayó por debajo de su nivel anterior a la guerra, en Stuttgart en un cuarenta y ocho por ciento, en Augsburgo en un cuarenta y dos, en Núremberg en un treinta y seis. Aunque los boletines de la época pueden haber exagerado con frecuencia los sufrimientos de los alemanes, no hay razón para dudar del impacto extraordinariamente grave de la guerra sobre la vida de la población.

EL HAMBRE
Un suministro de alimento constante y adecuado era esencial para la vida. El hambre, en el sentido de gran desastre natural, era infrecuente: mucho más significativa era la amenaza constante de inanición por la imposibilidad habitual, cotidiana, de conseguir comida suficiente. Las existencias de alimentos se veían afectadas de diversas maneras: por el tiempo atmosférico, la demanda de la población numerosa, la buena explotación de la tierra, la facilidad de transporte y la presencia de guerras. Todos o cualquiera de ellos podía producir un efecto devastador sobre el precio de los suministros. La posibilidad de inanición dependía, pues, de gran número de factores interdependientes.
Dos grandes hambres, las de 1594-1597 y 1659-1662, tuvieron un impacto particularmente desastroso sobre Europa en este siglo. En la mayor parte del continente, los años de de 1595 y 1597 fueron años de lluvias excesivas y malas cosechas, que se tradujeron en una subida acusada del precio del poco grano que se podía conseguir. En España, Italia y Alemania, el desastre coincidió con una elevada mortandad ocasionada por extensas epidemias de peste. En Inglaterra hubo intentos fallidos de levantamiento armado. Enfrentado a este descontento, el gobierno inglés elaboró en 1597 una nueva Ley de Pobres (Poor Law) para mitigar la pobreza y la escasez reinantes.
Políticamente la depresión de 1659-1662 fue mucho más significativa porque determinó situaciones críticas que en muchos países allanaron el camino de transición hacia la monarquía absoluta.
La realidad del hambre es innegable, pero su distribución es más controvertida. La práctica de almacenar trigo confirma la existencia de una situación en la que la amenaza constante de una crisis alimentaria había convertido la seguridad de suministros en obsesión. Pero no todo el mundo estaba desnutrido, el contraste era escandaloso y premeditado. A los ricos les alcanzaba a veces la peste, pero casi nunca el hambre. Entre las clases bajas, la mortandad era por regla general más elevada entre el proletariado rural que en las ciudades, porque en éstas se podía pedir limosna, pero los campesinos tenían que sacar sustento de su propio entorno inhóspito.
Para determinar a un nivel elemental si la producción de alimentos era o no suficiente basta con echar una ojeada a la distribución del comercio ultramarino: la entrada de trigo en el Báltico en el Mediterráneo durante la segunda mitad del siglo XVI indica claramente que los países meridionales no podían alimentar a su población, y que el norte había un excedente considerable. En una época en que la inmensa mayoría de la población la formaba el campesinado, la tierra que labraban se iba fragmentando cada vez más para suministrar a cada campesino una base de sustento. Esa fragmentación, agravada por el crecimiento demográfico del siglo XVI, en la práctica servía para destruir la autosuficiencia de las clases rurales.

PATRICIA MORENO
CAROLINA GONZÁLEZ
ANDRÉS CORTÉS
DIEGO RINCÓN
MARTA FÚSTER

martes, 17 de noviembre de 2009

APUNTES DE LOS DÍAS 12-11-2009 y 13-11-2009

3. La Economía en la Edad Moderna. Banca, crédito y finanzas.
 Aumento del Stock monetario.
 Importancia del crédito.
 Desarrollo de ferias y centros financieros (Amberes, Ámsterdam).
 Proliferación de las letras de cambio: Son un instrumento financiero que ha funcionado hasta los años 70-80. Desde Medina del Campo, el Dador (librador de una letra de cambio) contactaba con un tomador (banquero) y conseguía un pagaré o letra de cambio; el tomador se la enviaba al intermediario en Amberes, que se encargaba de validar la letra y de pagar al librado (vendedor). Este mecanismo agilizaba las tasaciones económicas. Es una operación de transferencia. Es una forma de crédito (las letras de cambio). Es una operación de cambio de moneda. Los intermediarios cobraban una comisión. Nos permite entender la revolución de los precios.

*Definición de Endoso: El endoso es una cláusula accesoria e inseparable del título de crédito, en virtud de la cual el acreedor cambiario pone a otro en su lugar, transfiriéndole el título con efectos. La principal función del endoso es su función legitimadora: el endosatario se legítima por medio de una cadena ininterrumpida de endosos. Son elementos personales del endoso, el endosante y el endosatario. Siendo el primero el que transmite el título y el segundo, la persona a quien el título se transfiere.
Clasificación de los endosos:
A parte de la clasificación según su contenido literal: Completo o Incompleto, se puede clasificar al endoso según sus efectos:
• Endoso en Propiedad: El endoso en propiedad complementado con la tradición, transmite el título en forma absoluta; el tenedor endosatario adquiere la propiedad del documento, y al adquirir tal propiedad adquiere también la titularidad de todos los derechos inherentes al documento.
• Endoso en procuración: El endoso que contenga las cláusulas “en procuración” “al cobro” o equivalente, no transfiere la propiedad; pero da la facultad al endosatario para presentar el documento a la aceptación, para cobrarlo judicial o extrajudicialmente, para endosarlo en procuración y para protestarlo en su caso.
• Endoso en garantía: El endoso con las cláusulas ‘en garantía’, ‘en prenda’ u otra equivalente, atribuye al endosatario todos los derechos y obligaciones de un acreedor prendario respecto del título endosado y los derechos en él inherentes, comprendiendo las facultades del endoso en procuración.

 Recurso a los préstamos: deuda pública flotante y deuda consolidada.
• Deuda pública flotante: préstamos contraídos por una cuenta bancaria. Tiene como fin atender a gastos extraordinarios del Estado. La deuda es a corto plazo y, es mucho más cara.
• Deuda consolidada: es una deuda a largo plazo de una entidad pública (por ejemplo: la emisión de bonos, títulos, letras). Es diferida en el tiempo.
JUROS: Préstamos hechos a la corona, por los cuales ésta abonaba a sus titulares un rédito anual. Constituyeron la forma habitual de endeudamiento de la corona desde los Reyes Católicos hasta el reinado de Carlos III, cuando se pasó a emitir los vales reales. Como garantía del pago de sus intereses, se les afectaba a los juros el rendimiento de algún tributo, regalía o renta pública. La mayoría de los juros poseídos por los vecinos de Valladolid a mediados del siglo XVI, estaban situados sobre las alcabalas de la ciudad y se cobraban de ellas. También se denominan Juros Alquitar, y en Francia, son conocidos como “Rêntes sur le ville”.

 Emisión de títulos de deuda pública.
 Los montes de piedad: son instituciones cuyo principal objetivo era favorecer a los más pobres. Los pobres podían obtener sumas en metálico empeñando sus pertenencias, y así poder satisfacer sus necesidades más primarias.
 Desarrollo de la banca (bancos nominales, bancos a persona). Se desarrollará sobre todo en Venecia, Génova, Florencia. A lo largo de la Edad Moderna van a ir apareciendo los primeros bancos centrales, el primero será el banco de Inglaterra a finales del siglo XVII. En España la creación del banco central es bastante tardía.

Evolución de la economía en las diferentes épocas de la Edad Moderna:

 Siglo XVI:
• Desarrollo económico, llegada de oro y plata de América.
• Nuevos instrumentos financieros.
• Aumento de la actividad comercial.
• Desarrollo industrial.
• Ferias y mercados.
• Aumento de los préstamos bancarios.

 Siglo XVII:
• Tradicionalmente es un siglo de crisis económica y demográfica. Descenso de las temperaturas, por consiguiente malas cosechas, en consecuencia carestías, lo que da lugar a hambrunas.
• Varias interpretaciones:
 Crisis a todos los niveles del ser humano (Mousnier).
 Crisis económica (Hobsbawm): del feudalismo al capitalismo.
 Crisis social (Trevor Roper): relaciones entre Estado y Sociedad, entre Corte y País.

• La agricultura sigue siendo el sector predominante.
• Trastornos demográficos = caída de la producción = escasez de productos = subida de precios = repercusión en el campo y en la ciudad = subida del pan = revueltas sociales = deficiencias alimenticias = pérdida de salud y muerte.
• Predominio de cereales, mayor cultivo del maíz, la patata y el arroz. Mayor comercialización vitivinícola; escasez de legumbres, hortalizas y frutas.
• Desarrollo del mercado de flores (Holanda).
• Es posible hablar de una crisis general del siglo XVII.
• Otras industrias de lujo: Cristal y muebles de lujo, violines, encajes y sedas, joyería, relojería, carruajes, nuevos paños, licores, cerveza, tabaco, cerámica, talla de diamantes, construcción naval, porcelanas, espejos, tapices.
• Abandono paulatino de la actividad industrial urbana y predominio del establecimiento de las industrias en las zonas rurales.

 Siglo XVIII:
• Crecimiento demográfico y económico: aumento de población, expansión del tráfico transoceánico, incremento de intercambios comerciales.
• Agricultura
 Continúan las mismas estructuras, pero con avances significativos.
 Crecimiento de la población.
 Aumento de las zonas cultivables.
 Roturación de las tierras comunales.
 Interés por mejorar el rendimiento (proliferación de tratados de agronómicos en Francia, Inglaterra o Alemania).

• Industria
 Tradicional y manufacturera en buena parte del siglo.
 Desarrollo de la industria de construcción, textil (algodón), metalurgia y minería.
 El Carbón: fuente de energía de la primera revolución industrial.
 Revolución industrial textil en Inglaterra: las máquinas de tejer.

• Comercio y Finanzas
 Desarrollo del comercio, especialmente del comercio oceánico.
 Dominio inglés.
 Se consolida la llamada “revolución financiera” en Gran Bretaña: el papel de la deuda.
Se va a crear un nuevo tipo de deuda consolidada. En el año 1688, en Inglaterra se va a crear de modo definitivo la monarquía parlamentaria, que va a intervenir en todos los asuntos. Este nuevo tipo de deuda consolidada posee las siguientes características:
• Apoyada y garantizada por el Parlamento.
• Obligatoriedad del pago.
• Respeto de las condiciones firmadas.
• Existencia y desarrollo del mercado secundario.
Esto da lugar a las siguientes consecuencias:
• Captación de capital (cantidades ingentes).
• Estabilidad política (participación de la Gentry).
• Estímulo económico.
Se va a desarrollar un nuevo sistema de financiación a partir de 1688 y, especialmente durante el siglo XVIII.

RASGOS GENERALES DE LA ECONOMIA EN LA EDAD MODERNA.

• El siglo XVI es un siglo de expansión demográfica, lo que incide en un aumento del consumo. A finales del XV hay un aumento de la minería y una expansión de la producción minera tras el descubrimiento de América.

• Hay más consumidores y más dinero.

• Las alteraciones monetarias producen una devaluación de la moneda y una subida de los precios.

• El precio del grano subirá de una forma disparatada a finales del XVI. Si el precio del trigo es bajo cae el precio de la tierra. Si sube el precio del trigo se obtendrá más dinero por su venta y el agricultor tendrá más dinero para gastar.

• El mantenimiento del equilibrio es fundamental. Esa subida del grano tendrá unas consecuencias negativas.

• En el siglo XVI la economía estaba regida por el peso de la moneda.

• Desde finales del siglo XVI y principios del XVII comienza a adulterarse la moneda (Ducado, que en Castilla equivalía a 375 maravedíes), y el oro se retira de la circulación, tanto en obras artísticas como en acuñado (hacia 1640).

• Llegan remesas de plata desde América, aunque existe un colapso en los primeros años del siglo XVI, lo que permite la acuñación en masa de monedas (1 real = 34 maravedíes).

• La economía en la segunda mitad del XVI funciona en plata con escasez de moneda fraccionaria, indispensable para culminar pequeñas transacciones económi¬cas.

• Se acuñan monedas de vellón (de cobre), que se utilizará como "calderilla" (de 1, 1'5 y 2 maravedíes).

• A finales del reinado de Felipe II se harán acuñaciones de vellón, en este caso plata con vellón, intentando crear una moneda fracciona¬ria de calidad intermedia entre el real y el vellón. Se convertirá en una moneda de doble filo porque el Estado podrá pagar en vellón y cobrar en plata, al aumentar el vellón y disminuir la plata en la aleación.

• La mala calidad de la moneda hace que los precios suban para mitigar esa calidad baja.

• El siglo XVII se impondrá el "premio de la plata", es decir, que se reduce el pago si este se hace en plata en lugar de vellón.

• A lo largo del XVI, y debido al aumento de población nos encontra¬mos con un mundo urbano fruto del éxodo en busca de trabajo en una época de crisis donde abundaban los mendigos en busca de limosna.

• El aumento urbano planteará un delicado problema: o se destina más tierra a pastos o se destina a cereales para abastecimiento de las ciudades.

• En Inglaterra aparecieron los campos cerrados (enclosures), destinados al pasto de ganado (ovejas), que serán esquiladas para dedicar la lana a la industria textil de las ciudades.

• Se producirá un aumento de la roturación de tierras en el siglo XVI.

• A finales del siglo XVI aparece la consecuencia de la ley de los rendimientos decrecientes: con el mismo trabajo se obtiene menos rendimientos.

• No existía abono alguno excepto estiércol. Para que sea rentable se necesita mucho ganado, a ser posible estabulado. La tierra no tiene descanso, ya que no hay barbecho y no es posible revitalizarla.

• Al crecer la población se recurren a otros métodos: tala de bosques y cultivo sobre ellos, aunque suelen ser tierras de peor calidad. Se deben hacer importacio¬nes de trigo.

• Cuando no hay presión demográfica existen propiedades comunales (pastos comunitarios, roturación por los campesinos), pero esto se termina con el aumento de población. El hombre quiere la tierra para sí.

• La corona tenía un gran déficit y para sacar dinero vende tierras de la corona a los campesinos que las cultiven (perpetuaciones de tierras baldías).

• El aumento de los precios del cereal y de la inflación hace que los señores cobren los impuestos en especie y en prestaciones personales. Al ser las rentas a largo plazo y al perder paulatinamente valor la moneda un kilo de trigo pesará siempre un kilo y aumentará de precio.

• En el siglo XVIII Europa continúa siendo agrícola. Existe un aumento demográfico unido a gran cantidad de experiencias de las innovaciones que surgen. Muchas de estas innovaciones fracasaron en el XVI ya que tenían que romper con las tradiciones y pedían de la naturaleza más de lo que ella podía dar.

• En el siglo XVIII se aprende de los errores y los corrigen. Aparecen tratados agronómicos que se basan en buena parte en los aparecidos en el siglo XVI.

• La venta de tierras públicas que pasarán a manos privadas parece algo nuevo, pero es semejante a lo hecho en siglos anteriores. El cercamiento de las fincas, que potencia el individualismo, permite que los agricultores que posean un cierto capital dediquen sus tierras a cultivos "científicos" para conseguir un mayor rendimiento a sus tierras.

• Se mantiene el pago en metálico o en especie, así como diversas prestaciones del vasallo al señor.

• Existe una diferencia entre los campesinos de distintos países:

 En Castilla el campesino es libre, dueño de sus tierras, aunque esté sometido al señor.
 En Europa Oriental el campesino no es libre. Es el sistema feudal más duro de Europa. No es dueño de sus tierras.

• El progreso agrícola en el siglo XVIII en Inglaterra da lugar a una mejor alimentación de la población, gracias a los cultivos científi¬cos.

• Al aparecer nuevos cultivos que alimentan al ganado permite que los animales vivan más tiempo y se incorporen en mayor medida al consumo del hombre.

• La aparición de la sembradora de Jethro Tull, hace aumentar la productivi¬dad y disminuyen los costes.

• Se produce la expansión de cultivos nuevos: patata y maíz, aunque desde el XVIII ya estaban introducidos en Europa.

• La patata había sido introducida para alimentar al ganado, pero debido a las malas cosechas hubo de dedicarla al consumo humano.

6. Doctrinas económicas- Mercantilismo: se mide la riqueza en términos de oro y plata. Constituye:

 Conjunto de escritos económicos junto a la propia práctica económica que se da en Europa entre mediados del siglo XVI y las décadas centrales del siglo XVII.
 Con anterioridad imperaban las viejas ideas de la escolástica.
Intervención del Estado. Esto responde al crecimiento del Estado y el deseo de intervenir en todos los aspectos de la vida económica. El Mercantilismo va a postular que esta intervención va a mejorar el nivel de ingresos.
 La intervención se desarrolla a partir de una legislación reguladora que pretende:
• A) Mediar en el desarrollo económico, aumentando la riqueza y el poder de las élites.
• B) Acrecentar el nivel de ingresos (fiscales y no fiscales) que fluye hacia el estado desde todos los sectores de la economía para sostener el creciente gasto militar y suntuario.

 Así se desarrollan los siguientes proyectos “mercantilistas”:

a) Trato de favor a la producción de los territorios propios Proteccionismo y Autarquía. Políticas proteccionistas que intentan sustituir las importaciones mediante la imposición de aranceles.
b) Desde el tercer cuarto del siglo XVII, hubo un intento de promover y financiar desde el Estado a empresas manufactureras. J. Colbert, fue ministro de finanzas de Luis XIV. Llegó a combinar la dirección de la hacienda, la casa y la armada reales. A su política económica se la conoce también como Colbertismo. Característica fundamental del mercantilismo.
c) Para el sistema mercantilista las colonias tenían extraordinaria importancia. Las colonias debían proveer a la metrópoli de materias primas y debían servir de mercado para los productos industriales.

Mercantilismo
5. Características básicas
1) La riqueza se mide en oro y plata (bullonismo, que es un sistema monetario basado en la idea de que la emisión de billetes no debe estar a la libre voluntad de los bancos de emisión, sino respaldada por un encaje metálico para evitar la inflación. El bullonismo fue un rasgo esencial en la forma de pensar mercantilista del siglo XVI, donde la riqueza de los países se medía por la cantidad de oro y plata que poseían).

2) Poblacionismo: creencia de que un Estado es más rico cuanto mayor es su población.


3) Para conseguir la mayor cantidad de metales que se pueda, los países sin minas consideran que las actividades más importantes a proteger son la industria y el comercio.

4) Balanza comercial favorable, basada en la teoría de ventajas absolutas (cuanto más gana uno, más pierde otro) Juego de suma cero. Así, un Estado debe vender al extranjero más de lo que compra, y cuanto mayor sea su grado de autarquía tanto mejor.


5) El objetivo final de los mercantilistas es el fortalecimiento del Estado.


El mercantilismo no es un cuerpo coherente de doctrinas. Hay autores que en determinadas circunstancias van a contradecir los postulados mercantilistas. Hay autores que no creen que existiese el mercantilismo como una escuela de pensamiento económico.

Autor recomendado: Luis Perdices de Blas, que junto con John Reeder, escribió los “Cuadernos aragoneses de economía”, no obstante dentro de esta obra destaca (para el tema que nos interesa), “El Mercantilismo: una reinterpretación desde la perspectiva de la política económica de los nuevos estados nacionales europeos”. Breve resumen:
La ponencia presenta un avance de la tesis principal del libro “El mercantilismo”: Política Económica y Estado Nacional. El término "mercantilista", según los autores, constituye una racionalización a posteriori que no ayuda a comprender mejor el cuerpo de literatura sobre temas económicos escritos en las nuevas naciones-estado europeas entre finales del siglo XVI y mediados del XVIII, sino más bien simplifica y distorsiona una realidad más compleja. Sostienen que es muy improbable que pudiera florecer, y mantenerse durante casi dos siglos, una corriente de pensamiento en la que sus supuestos miembros tuvieron formaciones culturales y lingüísticas diferentes, estaban esparcidos por los distintos estados europeos y, en la mayoría de los casos, se ignoraban los unos a los otros. En el primer epígrafe se exponen algunos de los rasgos más sobresalientes de la política económica de las naciones-estado nacidas a lo largo del siglo XVI. A continuación se resume lo que se entiende en la historiografía tradicional por doctrina mercantilista y, en último lugar, se trata de los autores que forjaron tal doctrina, los mercantilistas.

6. Doctrinas económicas: La fisiocracia
 Definición: Corriente del pensamiento económico que se desarrolló fundamentalmente en Francia en el siglo XVIII. Su principal característica reside en entender la tierra y la agricultura como el elemento fundamental del sistema económico.

*libro destacado, que trata de multitud de temas sobre de donde venimos, etc. Libro muy útil para todos los grupos: “El mundo que hemos perdido, explorado de nuevo”, Peter Laslett; versión española de Néstor A. Míguez.


MARTA FÚSTER FERNÁNDEZ

miércoles, 11 de noviembre de 2009

MEMORIA DE TRABAJO
Esta semana hemos cambiado la organización del trabajo, en un primer momento lo organizamos nosotros, que ya se explicó en la anterior memoria de trabajo.
Después de hablar con el profesor el miércoles pasado, lo dividimos en partes muy distintas a las anteriores, quedando la división del trabajo establecida de la siguiente manera: Diego se hará cargo de todo lo relacionado con la familia, Carolina de toda la historiografía, Andrés de los conflictos sociales, Marta de la movilidad social y yo, Patricia de las redes sociales. También incluiremos en cada epígrafe una pequeña parte relacionada con América, y cada uno lo hará en relación al tema que le corresponde.
Para esta división hemos seleccionado la siguiente bibliografía que hemos empezado a utilizar, no hemos visto todas, pero sí muchas de ellas. Algunas recomendadas por el profesor y otras buscadas por nosotros:
- La historia social / Julián Casanova
- Los conflictos en la Edad Moderna / Pérez Zagorin
- Imperios del mundo atlántico / John Elliott, 2006
- Revueltas y revoluciones en la Edad Moderna
- Introducción a la historia de la Edad Moderna /Ernst Hinrichs
- Las redes del Imperio / Bartolomé Yun Casalilla
- Mercaderes atlánticos. Redes del comercio flamenco y holandés… / Ana Crespo Solana
- Orden, estamentos y clases /J. Delemeau / Madrid, siglo XXI. 1978
- Élites locales, señores y reformistas: redes clientelares… / Christian Windler
- Historia General de las Civilizaciones: siglos XVI y XVII / Roland Mousnier
- Entre el mundo ibérico y el atlántico : comercio y especialización regional, 1550-1650 / Regina Grafe
Bilbao : Bizkaiko Foru Aldundia, Kultura Saila = Diputación Foral de Bizkaia, Departamento de Cultura, 2005
- La expansión holandesa en el Atlántico, 1580-1800 / Ernst Van Den Boogaart.../et.al.
Madrid : Mapfre, D.L 1992
- Las Reales Compañias de Comercio con América : los órganos de gobierno / Raquel Rico Linage
Sevilla : Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1983
- Tráfico de Indias y política oceánica / Fernando de Bordejé Morencos
Madrid : Editorial MAPFRE, c1992
- Un Mediterráneo en movimiento. Esclavos y comercio en el continente africano (siglos XVI, XVII, XVIII) [artículo de revista]
- Los que van y vienen : información y fronteras en el Mediterráneo clásico del siglo XVI / Emilio Sola
Alcalá de Henares : Universidad de Alcalá, Servicio de Publicaciones, 2005
- Comercio de Cataluña con el Mediterraneo musulmán (siglos XVI-XVIIII) : el comercio con los enemigos de la fé / Eloy Martín Corrales
Barcelona : Bellaterrra, 2001
- Comercio, redistribución y fondeaderos: la navegación a vela en el mediterráneo : actas de las V Jornadas Internacionales de Arqueología Subacuática
Valencia : Universidad de Valencia, 2008.
- Circulación de personas e intercambios comerciales en el Mediterráneo y en el Atlántico (siglos XVI, XVII, XVIII)
Madrid : CSIC, 2008
- Transportes marítimos y barcos del siglo XVIII [artículo de revista]
- El contrabando holandés en el Caribe durante la primera mitad del siglo XVIII / Celestino Andrés Araúz Monfante
Caracas : Academia Nacional de la Historia, 1984
- Las redes del imperio : élites sociales en la articulación de la Monarquía Hispánica, 1492-1714 / Bartolomé Yun Casalilla (dir.)
Madrid : Marcial Pons : Universidad Pablo de Olavide, 2009
- Análisis de redes sociales e historia [Recurso electrónico] : Una metodología para el estudio de redes clientelares / María Isabel Sánchez Balmaseda ; [director(es):] Lucila González Pazos
Madrid: Universidad Complutense de Madrid, Servicio de Publicaciones, [2002]
- Conflicto, alianza y disociación en el Puerto Rico del siglo XVII: las redes sociales delcapitán general Sancho Ochoa de Castro y el sargento mayor Jerónimo de Mieses (1602-1608);Conflict, alliance and dissociation in XVII century Puerto Rico: The social networks of captain general Sancho Ochoa de Castro and first sergeant Jerónimo de Mieses (1602 1608) [artículo de revista]
- I Congreso de Historia de Castilla-La Mancha. Tomo 7, Conflictos sociales y evolución económica en la Edad Moderna (1)/ Victor García Pastor, [et al.]
[Toledo] : Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, D.L.1988
- Las raices perdidas de Europa : de Carlos V a los conflictos mundiales / Franco Cardini, Sergio Valzania ; posfacio de Luciano Canfora ; traducción de Carles Sans
Barcelona : Ariel , 2008
- Estudios de historia antigua e historiografía moderna / Juan José Carreras [et al.] ; Antonio Duplá, Amalia Emborujo (eds.)
Vitoria : Instituto de Ciencias de la Antigüedad,Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, 1994
- Familia religión y negocio : el sefardismo en las relaciones entre el mundo ibérico y los Paises Bajos en la Edad Moderna / edición a cargo de Jaime Contreras, Bernardo J. García García e Ignacio Pulido
Madrid : Fundación Carlos de Amberes, 2003
- De la edad Media a la moderna : mujeres, educación y familia en el ámbito rural y urbano / Ma Teresa López Beltrán, (coord.) ; Marie-Catherine Barbazza... [et al.]
Málaga : Universidad de Málaga, D.L. 1999
- La familia en la Edad Moderna / Angel Rodríguez Sánchez
Madrid : Arco libros, D.L 1996
- Familia y matrimonio en la España del siglo XVIII [Recurso electrónico] : ordenamiento jurídico y situación real de las mujeres a través de la documentación notarial / María Ángeles Ortego Agustín ; dirigida por Gloria Franco Rubio
Madrid : Universidad Complutense de Madrid, Servicio de Publicaciones, [2003]
- Amor, matrimonio y familia : la construcción histórica de la familia moderna / Isabel Morant Deusa, Mónica Bolufer Peruga
Madrid : Síntesis, D.L. 1998
- URIOL SALCEDO, José Ignacio. Transportes y viajes por mar en España en los siglos XVI y XVII)
- Inglaterra, Tánger y el estrecho compartido: los inicios del asentamiento inglés en el Mediterráneo occidental durante la guerra hispano-portuguesa (1641-1661) / Rafael Valladares Ramírez
- El auge económico de Cartagena y la revitalización del sureste español en los siglos XVI y XVII. Francisco Velasco Hernández).
- Canarias: base de la actuación holandesa en el Atlántico (siglos XVII y XVIII). Germán Santana Pérez
- La circulación de menudencias impresas en las redes atlánticas (siglos XVI y XVII). Pedro José Rueda Ramírez
APUNTES DÍA 5-11-09
3. LA ECONOMÍA EN LA EDAD MODERNA
Organización industrial y protoindustria en la Edad Moderna
- Preindustria: actividad artesanal y manufacturera
- Predominio de las “industrias” de consumo
- Creciente preponderancia del ramo textil
• Por demanda constante
• Producción diversificada
• Relacionada con la industria de la tintura
• La “new drapperie” (nuevos paños, estampados)
- Sector notable es la construcción/ebanistería y vidriería
- Minería y metalurgia
- Formas de organización: gremios, trabajo a domicilio y primeras fábricas.
FORMAS DE ORGANIZACIÓN: gremios, trabajos a domicilio y primeras fábricas.
Los gremios:
El gremio estaba regulado como tenían que trabajar, qué tipos de materiales debían utilizar, qué precios tenían que ser, etc. Los gremios tendían a monopolizar la producción.
Los gremios seguirán siendo importantes a lo largo de la Edad Moderna, porque no sólo constituían instituciones económicas, sino que tenían carácter asistencial. Pertenecer a un colectivo daba identidad a cualquier persona.
Al estar todo absolutamente regulado, los gremios se adaptaban bastante mal a los diferentes contextos.
En el siglo XVI está creciendo la población, hay un avance económico, pero los gremios no pueden producir más.
Se ha interpretado que los gremios fueron una herencia medieval que sobrevive hasta mediados del siglo XIX. Se piensa que no era una estructura anquilosada. Hubo gremios que llegaron a estar cerca del trabajo a domicilio.
En definitiva, está cambiando la visión de los gremios.
Los gremios eran asociaciones en torno a la producción, gran regulación e intervencionista. Los gremios irán desapareciendo, se van aboliendo a partir del siglo XIX.
En la primera mitad del siglo XIX se van creando nuevas estructuras de gobierno y los gremios es una asociación perteneciente al gobierno, por lo que irán desapareciendo, aunque algunos sabrán adaptarse.
En el siglo XVII se empiezan a regular, en el XVIII algunos gremios madrileños serán muy importantes.

En las antiguas ciudades artesanas, los reglamentos de los gremios impedían a los maestros de oficios proporcionar los objetos en cantidad suficiente y calidad deseada, es decir, la producción era insuficiente para abastecer la demanda y, al mismo tiempo, resultaba cara, porque era de buena calidad. Ante ello, los mercaderes fueron a los poblados y al campo, proporcionaron a los habitantes primeras materias y utillaje, y adquirieron después la producción para su venta, mediante el pago de un salario. Introdujeron un nuevo utillaje que no querían admitir los gremios: el batán para los paños, que si bien rebajaba la calidad del producto doblaba la producción y disminuía los precios.
El trabajador, al dejar de ser propietario de los medios de producción, se convirtió de artesano en obrero. De este modo hubo industrias dispersas en cuanto al trabajo, aunque concentradas comercialmente en manos de algunos empresarios capitalistas.
Donde la corporación no existía, los artesanos solicitaron del soberano que fuera creada para protegerse contra la concurrencia de inmigrantes o de antiguos compañeros que se habían establecido por su cuenta como artesanos libres. Más que estas precauciones, lo que salvó a las corporaciones fue el crecimiento de las ciudades, consecuencia del capitalismo, que les aseguró la clientela.
Los maestros de los gremios, en otros tiempos la primera clase burguesa, se encontraron desplazados. Los de las más importantes corporaciones se mantuvieron en un nivel honorable gracias al crecimiento de las ciudades, a sus bienes inmuebles y a los fondos del Estado. Algunos pudieron orientar a sus hijos hacia las profesiones liberales y las altas funciones estatales.
Por debajo se formó un proletariado de gentes reducidas a vivir al día por el trabajo de sus brazos, artesanos libres, obreros de empresas capitalistas, oficiales de los gremios, destinados a no ascender al grado superior, salvo excepciones.
En el siglo XVII, los nobles vive, financieros y funcionarios viven en oposición creciente también con los pequeños patronos, maestros de los “pequeños” oficios y oficiales gremiales de las ciudades, en la medida en que estos últimos están afectados por los impuestos. (MOUSNIER, ROLAND. Historia General de las Civilizaciones: siglos XVI y XVII).
Trabajo a domicilio:
La ventaja del trabajo a domicilio es que…
Importancia “menor” en la protoindustria. Forma de organizar el trabajo.
Primeras fábricas
En esta época, de forma excepcional, aparecerán las primeras fábricas. La característica principal de estas fábricas será la concentración de la mano de obra y división del trabajo.
Hubo fábricas en Inglaterra que llegaron a tener hasta 100 trabajadores.
Las fábricas se caracterizan por la concentración y el poder que ejerce el dueño con el capitalismo de la empresa y la forma de trabajo, y las herramientas de trabajo que se utilizan.
En España tenemos la Real Fábrica de Guadalajara, La Granja, San Fernando de Henares y será el Estado quien financie estas fábricas.
EL COMERCIO
- Desarrollo del comercio: campañas y redes
- Mediterráneo, Atlántico y Báltico: la carrera de las Indias (Sevilla, Casa de Contratación).

El siglo XVI se caracteriza por el desarrollo del capitalismo. El capitalismo adquirió un gran desenvolvimiento gracias a la intensificación del comercio a larga distancia. El consumo de productos, tanto de lujo como corrientes, aumentó extraordinariamente debido al incremento demográfico, crecimiento de las grandes ciudades y enriquecimiento de Europa. Un mayor número de productos fueron objeto de cambio internacional y nuevas ocasiones de actividad capitalista: sedas y manufacturas italianas, lanas de los Países Bajos, Francia e Inglaterra; productos mineros y metalúrgicos de Alemania; vinos de Francia, cereales, cáñamos, madera de construcción y ganado de los Países Bálticos., Rusia y Hungría. La apertura de las vías oceánicas hacia el continente asiático y el descubrimiento de América dieron un fuerte impulso al gran comercio.
Después de 1560, el crecimiento del capitalismo se hizo más lento. Algunos hablan, incluso, de un declive. En efecto, ya no se registran operaciones capitalistas de la envergadura de las de la primera mitad del siglo.
En el siglo XVII se produce, en la mayor parte de Europa, una disminución en el desenvolvimiento económico espontáneo y en el desarrollo del capitalismo. Con la disminución del alza, los beneficios van siendo más limitados. Se fundan menos empresas nuevas y crecen menos las ya existentes. La producción disminuye. (MOUSNIER, ROLAND. Historia General de las Civilizaciones: siglos XVI y XVII).

Desarrollo del comercio
En los últimos 20 años la economía se ha dado cuenta de que el comercio en esa época no va a estar condicionado.
Son muy conocidas las redes: los genoveses que será una gran red comercial. Será un grupo que funcione durante unos 200 años. También los portugueses y los judíos serán redes comerciales importantes. Estas pequeñas asociaciones se basaban principalmente en la confianza. Se diferenciaban bastante entre compañías, por un lado, y entre redes, asociaciones informales, familiares, por otro lado.
Los elementos principales para adquirir confianza son los lazos de sangre, entre familias, la amistad, la vecindad, etc.
En las sociedades de tipo familiar, el padre o el tío pone en ellas sus capitales y los de sus parientes, dirige la casa central y las múltiples sucursales dispersas en Europa, donde los hijos y los sobrinos trabajan como factores. En líneas generales, ésta fue la organización de los alemanes, italianos y españoles (MOUSNIER, ROLAND. Historia General de las Civilizaciones: siglos XVI y XVII).

Una de las razones del declive del comercio burgalés pudo ser el factor religioso. Muchas veces, algunos de la misma familia pasaban a pertenecer a diferentes religiones, lo que romperá la confianza.

Toda Europa está formada por movimientos sociales.
Otro elemento importante es que estas asociaciones informales adquirían gran importancia porque se extendían a lo largo de todo el territorio. Son estructuras relacionadas, que pueden parecer limitadas en un principio, pero en realidad tienen mucha libertad.
También existían estructuras formales que serán muy importantes. A principios del siglo XVII los holandeses crearan la Compañía de Indias Orientales, poco después crearan la Compañía de Indias Occidentales. Estas compañías se caracterizan por su estructura capitalista.
En 1609 se crea la Bolsa de Ámsterdam, donde la gente ya podía invertir en bolsa.
La Compañía de Indias Orientales tendrá dos objetivos principales: facilitar el comercio con Asia y se convertirá en la red comercial más importante en Asia.
Participarán en campañas militares. Son compañías creadas principalmente para el comercio internacional. Estas compañías de Indias, Occidental y Oriental, van a adquirir gran poder económico.

Las Compañías eran asociaciones de mercaderes para crear un propio monopolio, como el constituido por los comerciantes de Augsburgo en 1498 para apoderarse del mercado veneciano del cobre, o el de los comerciantes alemanes e italianos en Lisboa para formar un “trust” de la pimienta; o bien asociaciones para un comercio difícil y peligroso, como las compañías inglesas: Comerciantes Aventureros, Compañía de Oriente (1579), Compañía de Turquía (1581), Comerciantes Moscovitas. Este último se fue extendiendo cada vez más desde 1560.
Existían también los monopolios reales portugués y español. El rey de Portugal se arrogó el monopolio de la pimienta. Además, todas las mercancías de las Indias se concentraban en Lisboa, en la Casa da India e da Guiné, donde eran puestas a la venta por funcionarios reales, previo pago de tasas y fijación de precios. Los reyes de España poseyeron en Sevilla un centro de operaciones comerciales, la Casa de Contratación, que percibía la parte de la Corona sobre los metales preciosos importados, armaba las flotas y vigilaba el movimiento de mercancías.
Para facilitar las transacciones existían las ferias, pero las bolsas adquirieron cada día mayor importancia como mercados permanentes de mercancías y valores. La más célebre fue la de Amberes, fundada en 1460 y reconstituida en 1531.
En el siglo XVII, el comercio marítimo está reglamentado por las Compañías de Comercio, con una vigilancia recíproca de las Compañías y del Estado. El Estado, falto de recursos financieros, carece de funcionarios, navíos, tropas y medios para reglamentar por sí mismo el comercio ultramarino. De este modo se hizo necesario recurrir a la asociación de mercaderes en Compañías. Seis Cámaras de comerciantes se agruparon en 1602 y constituyeron la Compañía de Indias Orientales, la cual dispuso de 73 directores, todos administradores de Cámaras de Comercio. La dirección de los asuntes comunes estuvo a cargo del Colegio de los Diecisiete, nombrado por las Cámaras. Cada Cámara decidía sobre el comercio de sus miembros, las compras a efectuar en las Indias, las sumas de oro a enviar, la venta de mercancías recibidas.
(MOUSNIER, ROLAND. Historia General de las Civilizaciones: siglos XVI y XVII).
Grandes áreas comerciales
Se pueden dividir en tres grandes áreas: Mediterráneo, Atlántico y Báltico.

Durante la Edad Moderna, los ataques que libraron en el Mediterráneo y en el Atlántico africano los corsarios berberiscos contra las principales potencias europeas produjeron un importante tráfico de hombres y mercancías. Además, el comercio de esclavos que se produjo en estas aguas fruto de este conflicto generó una densa red de intermediarios de distintas procedencias geográficas y religiones que obtenían con todo este tráfico unos importantes beneficios económicos, capaces de compensar los enormes gastos realizados para desplazarse desde sus territorios europeos hasta el lejano e inexplorado continente africano. (MARTÍNEZ TORRES, José Antonio. Historia y política: Ideas, procesos y movimientos sociales / Artículo).
En la fachada Mediterránea era un comercio difícil por la presencia de los turcos. Será la fachada más importante hasta 1571. Por el Mediterráneo comerciarán los sicilianos, se transportarán muchos textiles. Existió un comercio muy rico entre el Mar de Coral, donde se comerciaban textiles, esclavos, etc. Un puerto muy importante de la fachada mediterránea fue Cartagena. No sólo se comerciaba entre las mismas religiones. El ejemplo lo tenemos en que los cristianos abastecían de armas a los berberiscos.
Con la llegada del siglo XVI se inicia una nueva etapa de prosperidad en Cartagena y Alicante, apoyada en la intensa actividad mercantil generada por sus puertos. Este esplendor económico sirvió para revitalizar un espacio hasta entonces adormecido: el Sureste español. Sus relaciones comerciales, las mercancías traficadas, su producción y comercialización, la actuación de su burguesía mercantil y los efectos de una fiscalidad desmesurada que estimuló el contrabando y que fue responsable en última instancia del estancamiento posterior cartagenero. (El auge económico de Cartagena y la revitalización del sureste español en los siglos XVI y XVII. Francisco Velasco Hernández).
Las relaciones entre norte y sur fueron en muchas ocasiones de conflicto, pero también de comercio.
En el Mediterráneo prosiguen también los transportes marítimos desde Barcelona, Valencia, Málaga, y la pesca, especialmente la del atún en el Atlántico Sur, tiene su importancia. Los viajes por mar siguen siendo muy peligrosos, por la vulnerabilidad de los barcos de vela a las inclemencias meteorológicas, y por los piratas y corsarios atlánticos y mediterráneos. (URIOL SALCEDO, José Ignacio. Transportes y viajes por mar en España en los siglos XVI y XVII)
Inglaterra por disponer de una base de operaciones, en la zona del estrecho de Gibraltar, que facilitase una entrada segura al Mediterráneo para apoyar su creciente presencia comercial en aquellas aguas frente a la reciente rivalidad con Holanda y la tradicional enemistad con España y Francia. (Inglaterra, Tánger y el estrecho compartido: los inicios del asentamiento inglés en el Mediterráneo occidental durante la guerra hispano-portuguesa (1641-1661). Rafael Valladares Ramírez).
El comercio holandés en la costa mediterránea española adquiere tras 1648 un notable auge que se ve reforzado posteriormente durante el conflicto anglo-español (1655-1660), si bien a partir de 1659 tiene que hacer frente al comercio francés y más tarde, desde 1668, al comercio inglés, que empieza a recuperar el terreno perdido.
De todos los puertos españoles donde los holandeses —y luego los ingleses— mantuvieron un tráfico comercial más activo destaca Alicante. (El comercio de exportación holandés en el Mediterráneo español durante la regencia de doña Mariana de Austria. José Antonio Sánchez Belén).

Comercio atlántico:
Tendrá dos variantes: el comercio con América, que será el más importante que se producirá, desde la Península Ibérica hasta el norte de Europa. Fue muy importante el comercio de cabotaje, donde los principales productos que se importaban eran textiles, lana, cobre, plomo, etc. Los holandeses serán los grandes intermediarios entre los productos del norte y los del sur. Los holandeses estaban al frente del comercio porque tenía la estructura económica más desarrollada, y también por el tipo de barcos que tenían. Inglaterra, por ejemplo, el 60-70 % de sus barcos eran holandeses.
El tipo de barco Fluyt será el que aventaje a los holandeses del resto de Europa, era muy manejable. Esto le permitía mayor facilidad para navegar. Este barco será el modelo más importante del comercio, por eso los holandeses son los que dominan el comercio en la época.
En los siglos XVI y XVII sigue activo el comercio marítimo de España con el Norte, lana e hierro principalmente, y la pesca en el litoral cantábrico y gallego, pero el tráfico marítimo más significativo de aquellos siglos es el de Sevilla con el Nuevo Mundo. Sevilla es la metrópoli de todo el comercio de Europa con América. (URIOL SALCEDO, José Ignacio. Transportes y viajes por mar en España en los siglos XVI y XVII).
Las Islas Canarias se convirtieron en un foco de interés para Holanda. En los siglos XVII y XVIII existió un contacto regular entre ambas zonas, que se inicia ya desde el siglo XVI. Amsterdam fue el eje principal de este comercio, aunque Rotterdam y Zelanda, a través de puertos como Middelburg, también participaron en él. Las Islas mantenían sobre todo lazos con América Latina, pero también con África. Los holandeses se beneficiaron como intermediarios de este comercio, tanto desde el punto de vista legal como ilegal.
La edad de oro de esta relación fue la década de los cincuenta del siglo XVII, justo después de los tratados de Westfalia, y fue decayendo conforme avanzaba el XVIII. Los barcos holandeses hacían habitualmente escala en las Islas dentro de su comercio atlántico. Participaron en el comercio de esclavos, en las actividades pesqueras en Berbería, en el contrabando americano y en los ataques corsarios contra los ingleses y portugueses. Canarias también importó productos textiles y cereal báltico, gracias a la ayuda de los mercaderes holandeses. (Canarias: base de la actuación holandesa en el Atlántico (siglos XVII y XVIII). Germán Santana Pérez).
Se produjeron también intercambios entre Sevilla y Yucatán. La licencia que en 1590 otorgó la Corona a la provincia, dada su marginación y pobreza, para que se pudiesen despachar cada año dos navíos de pequeño porte con las mercancías necesarias para su abastecimiento, supuso el afianzamiento de un tráfico que hasta entonces se había caracterizado por su precariedad. De ahí que el análisis cuantitativo y cualitativo del movimiento naval y de mercancías entre 1590 y 1600 sirva para entender cómo, a pesar de su carácter secundario, el comercio de la región figuraba, visto desde Sevilla, con una posición estimable en la jerarquía del gran tráfico atlántico, y también por qué Yucatán llegaría a ser en el siglo XVII el más favorecido de los "parientes pobres" de la Carrera de Indias. (El afianzamiento de un precario comercio: los intercambios entre Sevilla y Yucatán (1590-1600). Manuela Cristina García Bernal).
En la Carrera de Indias el tráfico comercial invita a una reflexión en torno a la facilidad con la que puede circular toda la cultura material del Siglo de Oro camino de América. Es frecuente encontrar en el menudeo de las anotaciones de carga todo un elenco de mercancías que tienen como peculiaridad estar ligadas, directamente, al universo de la escritura, la lectura y el libro. (La circulación de menudencias impresas en las redes atlánticas (siglos XVI y XVII). Pedro José Rueda Ramírez).

lunes, 2 de noviembre de 2009

Memoria de trabajo

Respecto a la memoria de trabajo de esta semana no hay mucho que decir, debido a que la clase que normalmente usamos para este trabajo, fue dedicada a exposiciones de los propios trabajos,y como aun no hemos hcho la divison del trabajo no hemos profundizado en los temas en cuestion

ECONOMÍA EN LA EDAD MODERNA (Clase del jueves 30 de octubre de 2009)

Para poder hablar de la economía en la edad moderna, tendríamos que hacer varias divisiones, la primera seria entre el sector primario, y el secundario. El primario formado mayoritariamente por la agricultura, segundo de la ganadería, y otros como la silvicultura. El secundario formado por lo que seria la protoindustria (sobretodo la textil), otros como la construcción de manufacturas y la minería y metalurgia.


En el sector primario había una pugna entre la agricultura y la ganadería, ya que la población estaba en aumento se necesitaba mas comida, esto repercutía en que los campos se empezaban a dedicar mas para la agricultura que para la ganadería, asi numerosos campos de toda Europa que antaño se habían dedicado para el pasto del ganado se empezaba ha cultivar, esto llevo a un desequilibrio importante, ya que no ay accion sin reacción, ya que para poder abonar los nuevos campos de cultivo se necesitaba mas abono, y el problema estaba en que el abono mas usada era el animal procedente del ganado, el cual empezaba a escasear debido a la disminución de sus pastos. Pero los ganaderos también tenían que defender sus intereses, como en España con la MESTA, la cual era una institución organizada por los propios ganaderos en defensa de sus interese, como por ejemplo con la conservación de las cañadas reales para que pudieran moverse de norte a sur con el ganado para su alimentación. También habria que señalar la silvicultura, la cual fue muy importante debido a la tala de bosques, con dos motivos, principalmente para acceder a nuevas tierras de cultivo, y posteriormente para uso industrial de la madera


La agricultura inglesa se alejo de la norma europea en el siglo XVII, especialmente en el último tercio: se apreciaron avances importantes en la productividad y a los rendimientos gracias a los sistemas de rotación de las cosechas y a la mejora de las semillas. El éxito de los nuevos sistemas de cultivo se baso en: 1) las leguminosas devolvían nutrientes al suelo, 2) la incorporación de las plantas forrajeras, lo cual incremento la densidad ganadera y a su ves el abono procedente de la misma, 3)la secuencias de cultivos fueron ideadas para que cada cultivo absorbiera los nutrientes de diferentes capas del suelo. Todo esto junto con la mejora en las semillas hizo que la prporcion entre tierra sembrada y cultivada creciese, y así los rendimientos por hectárea fueron mas elevados. Durante bastante tiempo se ha pensado que los cercamientos de explotaciones compactas de mayor tamaño desempeñaron un proceso clave en los procesos de la agricultura británica, sin inverso diversas investigaciones han demostrado que la influencia del vallado (enclosures) de la fincas y de la dimensión de las explotaciones fue reducida, de hecho en pequeñas granjas donde aun prevalecía un sistema de campos abiertos (open fields) también se lograron avances significativos en los rendimientos y en la productividad del trabajo. La pequeña explotación fue pues capaz de invertir y modernizarse. No obstante la expansión de las grandes granjas permitio liberar mano de obra de la agricultura, y por tanto contribuir a que en Inglaterra el peso de los sectores no agrarios, los cueles eran los mas rentables, fuera en aumento y acabase siendo mayor que en el resto de países de Europa.


Las agriculturas holandesa y francesa, en cambio no obtuvieran buenos resultados en las cuatro últimas décadas del S. XVII. Eso si holanda hasta 1650 tenía la mayor productividad por trabajador de todo el continente europeo, después de 1660 sin embargo holanda entro en una prolongada fase de suave declive económico debido a las guerras con Inglaterra y Francia.

En lo referente a la protoindustria, surgió intentando escapar del sistema gremial (en las zonas rurales no tenia jurisdicción) y aprovechando esta prosperidad económica, los comerciantes entregaban materias primas a las familias campesinas, ya que la producción agraria era insuficiente para su manutención y por eso decidían emplearse en actividades complementarias. Con estas materias primas, los campesinos realizaban manufacturas, que luego entregaban a los empresarios (a cambio de un pago por cada pieza hecha) para que las vendiesen en mercados. Dado que estos campesinos se regían por reglas socioculturales todavía no influenciadas por la lógica capitalista, no producían según la necesidad del mercado, sino que complementaban su escasa producción agraria con estas actividades, siendo éstas un extra a su economía y no su principal fuente ingreso. Por lo que, cuando la demanda aumentaba, los comerciantes en vez de exigir más trabajo, debían expandir la zona protoindustrializada. Este modelo productivo en algunas regiones evolucionó hacia manufacturas centralizadas (que tenían una mayor producción), y en otros se fue debilitando hasta desaparecer.

La importancia general de la protoindustrialización reside en el hecho de que nos permite comprender en profundidad la forma en que el capital entra en la esfera de la producción. Este suceso supone la descentralización de la producción y de las diferentes fases de elaboración en zonas rurales dispersas, creando más productos aunque de menor calidad, pero favoreciendo la introducción de innovaciones a la industria téxtil para mejorar el proceso (mecanizado con fuerza hidráulica) y superar las dificultades existentes. La aportación de novedades tecnológicas no sólo se dio en la fabricación textil, sino también en la producción de armamento, cerámica, siderurgia, etc., y al mismo tiempo, incentivó la explotación minera de metales. Los productos en seguida aumentaron su demanda en detrimento de las manufacturas artesanales, aunque este sistema de fabricación doméstica estaba alejada de los centros comerciales y se interrumpía en las épocas del año en qué había faena en el campo; pero con todo, al empresario le era más rentable porque pagaba menos impuestos y los campesinos cobraban menos que los artesanos. Con el crecimiento abundante de la demanda, el comerciante aumentó, también, su producción instaurando nueva maquinaria (que los agricultores no podían costearse) en centros urbanos aportando riqueza y la crisis de los gremios. En resumen, el comerciante aportaba todo el capital (materia prima y maquinaria) para poder obtener beneficio y controlar el valor añadido.


Bibliografia: historia económica mundial S. X-XXl, F.Comin, M. Hernández, E. Llopis

DIEGO RINCÓN HIJÓN