miércoles, 28 de octubre de 2009

LA EVOLUCION DE LA POBLACION EN EL SIGLO XVI


En los siglos XV y XVI, Europa se vio favorecida por un notable crecimiento demográfico: la peste, el espantoso azote que había diezmado la población medieval en toda Europa, si bien no desapareció, se manifestó con menos virulencia, y los conflictos armados no fueron tan mortíferos como la terrible Guerra de los Cien Años. En un siglo, de 1460 a 1560, la población europea se duplicó. Este crecimiento demográfico estuvo acompañado por un aumento de la producción agrícola e industrial y por un incremento de los intercambios comerciales.
A lo largo del siglo XVI se constituyó una amplia red de ferias, que abarcaba todo el territorio europeo. En ellas se realizaban numerosos intercambios comerciales, que determinaron un considerable incremento del crédito y la consolidación de instrumentos mercantiles tan característicos como la letra de cambio. Las ferias más importantes fueron las de Amberes, Lyon y Génova, seguidas de las de Burgos, Sevilla, Núremberg, París, Ruan y Augsburgo. Todo ello provocó un gran incremento de la actividad comercial de los puertos europeos, tanto mediterráneos como atlánticos, favorecida por los nuevos descubrimientos geográficos que tuvieron lugar en estos años y por la creación de nuevas rutas.


- Importante crecimiento demográfico debido al aumento de las tasas de producción agrícola.

- Causas del crecimiento demográfico: aumento de la producción agrícola (aumentan las tierras pero no aumenta la productividad, el rendimiento por grano es igual)

- Mejoras en la integración de mercados (ferias) con su consiguiente descenso en los costes de transacción: Europa desde finales del siglo XV se encuentra plenamente integrada en los mercados (ferias a nivel regional, nacional, internacional). Eran lugares donde, animados por las ventajas fiscales, se incentivaban los niveles de compra-venta.

- Características de la evolución demográfica: no mejora la productividad agrícola.

- Importante proceso de urbanización: Holanda, Inglaterra, Norte de Italia y Castilla. Aumentan las tasas de urbanización en toda Europa; hay que tener en cuenta que también aumentan las actividades económicas vinculadas a la ciudad (comercio).

Paralelamente al desarrollo del gran comercio y de las actividades financieras de la banca europea, el aumento de la población y el crecimiento de las ciudades dieron lugar a un incremento de la demanda de productos agrícolas y ganaderos, lo cual favoreció el desarrollo del pequeño comercio urbano.

La reactivación económica, fruto del incremento de las actividades comerciales, influyó de manera muy positiva en el arte renacentista, ya que favoreció el surgimiento de la figura del mecenas, hombre de negocios que dedica parte de sus ganancias a financiar obras de arte. Uno de los exponentes más característicos del mecenazgo renacentista fue Lorenzo de Médicis.
La consolidación del capitalismo financiero dio lugar al surgimiento de un grupo de hombres de negocios, los banqueros, que consiguieron reunir inmensas riquezas. Entre ellos podemos citar a los Fugger y a los Welser de Augsburgo, los Bonvisi de Luca, los Grimaldi de Génova, los Ruiz de Medina del Campo, los Maluenda de Burgos.


El desarrollo de las actividades comerciales no debe hacernos olvidar que la agricultura y la ganadería eran la principal fuente de riqueza, y que la mayoría de la población europea de estaba dedicada a ellas.






LA EVOLUCION DE LA POBLACION EN EL SIGLO XVII



El siglo XVII se caracteriza por la crisis general que afecta a la sociedad europea: empobrecimiento, hambre, miseria, peste, caza de brujas y conflictividad política, social y religiosa. Es la época de la expulsión de los moriscos y de las guerras de separación de Portugal y Cataluña en España, de las Frondas en Francia, de la crisis de la monarquía en Inglaterra y de la guerra de los Treinta Años en el conjunto de Europa. Frente a este panorama desolador, hay que destacar la brillantez del Siglo de Oro de las letras castellanas, la revolución científica y el arte barroco. En definitiva, es un siglo marcado por los contrastes, una historia compleja y heterogénea que se desarrolla entre el esplendor de la monarquía, la intolerancia religiosa y la miseria padecida por una gran parte de la sociedad.


- Siglo de crisis demográfica. Al siglo XVII se le conoce como “Siglo de hierro”.

- Regionalización de la demografía: descenso demográfico en la zona mediterránea, mientras que en la Europa atlántica prácticamente no se aprecia este descenso, incluso aumenta la población. Es España desciende y se ponen las bases del repartimiento poblacional del siglo XVIII y del mundo contemporáneo.

- Pérdida de importancia de las ciudades: ruralización y servidumbre de la gleba. Los campesinos se ven adscritos a la tierra y empeoran sus condiciones de vida.

- Causas: empeoramiento del clima (algunos autores entienden que durante el siglo XVII se vivió una pequeña edad glaciar que incidió en las cosechas), ley de rendimientos decrecientes (como no aumenta la productividad, llega un momento en el que las tierras empiezan a dar menos frutos y la producción cae), impacto de la guerra (guerras cada vez más mortíferas y por el impacto fiscal: los gobiernos europeos cada vez piden más impuestos incidiendo en la crisis demográfica y en la ruralización, pues la fiscalidad incide más en los sectores urbanos) y el fiscalismo.







LA EVOLUCION DE LA POBLACION EN EL SIGLO XVIII



En Gran Bretaña, durante el siglo XVIII, se inició un crecimiento continuado de la población en el que influyeron diferentes factores. Sin duda, el más importante fue la disminución de la mortalidad mientras que la natalidad seguía creciendo en torno a 30 nacimientos por mil habitantes. La consecuencia fue un espectacular crecimiento de la población. Las causas de este continuo y acelerado crecimiento demográfico fueron la mejora de la alimentación debida al aumento de la producción agrícola, y los progresos en la medicina y la higiene.
El crecimiento de la población fue un factor esencial en el progreso económico e industrial, ya que, a mayor población, mayor demanda de productos.


- Recuperación demográfica (hasta la última parte del siglo XVIII), aunque continúa siendo una demografía de tipo antiguo menos en Gran Bretaña; en el resto de Europa hay altas tasas de natalidad y de mortalidad. Inglaterra va a despegar como potencia emergente.

- Nueva redistribución de la población en España: las regiones (zona norte, Castilla interior, Andalucía, costa mediterránea).

- Se ponen las bases del reparto poblacional de la España contemporánea. Las regiones más importantes desde el punto de vista poblacional serán Madrid, Barcelona y el País Vasco.





CAROLINA GONZÁLEZ FOWLER

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